Guanajuato es mucho más que momias e iglesias majestuosas. También guarda rincones insólitos que parecen sacados de otro planeta, como el Rincón de Parangueo, un cráter volcánico inactivo que forma parte de las famosas Siete Luminarias, un conjunto de siete volcanes extintos que, según se dice, están alineados con la constelación de la Osa Mayor. Este lugar surrealista está ubicado junto a la comunidad del mismo nombre, a hora y media de la ciudad de Guanajuato, a solo 40 minutos de Salamanca y a unas cuatro horas de la CDMX. El paisaje es sorprendente: un desierto salitroso rodeado de vegetación tropical, con un lago en el centro. Pero lo más impactante es la forma de llegar que es atravesando un túnel artificial de 450 metros que te hace sentir como si cruzaras un portal hacia otro mundo. En definitiva, una experiencia que nadie debería perderse.

Te puede interesar: El volcán más pequeño del mundo está cerca de la CDMX y lo mejor es que puedes entrar en su interior (le dicen el hijo del Popocatépetl)

Rincón del Parangueo, un cráter como ningún otro
Lo que hace tan único al Rincón de Parangueo son las características de su cráter. Se trata de un cráter tipo maar cuaternario, es decir, se formó por la explosión del magma al entrar en contacto con agua subterránea, lo que dio lugar a una depresión circular de 1.5 kilómetros de diámetro. Hasta los años 80, el cráter albergaba un lago permanente, pero con el tiempo, y por la sobreexplotación del acuífero Salamanca-Valle de Santiago, el agua comenzó a desaparecer. Hoy solo queda un pequeño lago en el centro y todo lo demás se ha transformado en una superficie blanca, con alta salinidad en el suelo, lo que le da ese aspecto de ‘desierto blanco’. A los costados crece vegetación tipo bosque tropical. En los bordes pueden verse grandes estructuras salinas de color blanco que parecen esculturas naturales, y en ciertas épocas, el lago del centro adquiere un tono rojizo que vuelve la escena aún más surreal. Literalmente, se siente como estar en otro planeta.


Atravesar un túnel para llegar al cráter
Como ya decíamos, otra de las cosas que hacen tan especial al Rincón de Parangueo es la forma en que llegas: atravesando un túnel artificial de unos 450 metros de largo que por sí solo ya es toda una experiencia. Este túnel fue construido entre 1910 y 1915 por un terrateniente llamado Don Manuel Gutiérrez, con la idea de llevar agua desde el cráter hasta sus tierras de cultivo, aunque al final descubrieron que el agua era salada y no era apta para la agricultura. Irónico, pero gracias a eso hoy tenemos esta entrada casi secreta al cráter. Una vez que cruzas, te recibe un paisaje impresionante que puedes recorrer caminando, a caballo, e incluso explorar algunas de las cuevas pequeñas que hay en el interior.


Mitos, OVNIs y un lago que presagia: las leyendas del Rincón de Parangueo
Además del paisaje y la experiencia del cráter, en la zona también se han descubierto pinturas rupestres, tanto dentro como en los alrededores, que agregan un toque aún más misterioso al lugar. No faltan las leyendas locales: algunas dicen que aquí nacieron los aztecas, otras que este es el centro del mundo o incluso un punto de avistamientos frecuentes de OVNIs. También hay quien afirma que cuando el lago se torna rojizo, es señal de un mal presagio. Mitos o no, el Rincón de Parangueo es un lugar que se ha convertido en un paseo favorito para la gente de la región: tranquilo, distinto y perfecto para pasar una tarde rodeado de un paisaje como ningún otro. Cuando lo visites no dejes de darte una vuelta por el pueblito del mismo nombre, donde puedes cerrar el día con unos buenos antojitos y comida tradicional.


¡Viaja, disfruta y comparte!