Monterrey, una de las ciudades más grandes y desarrolladas de México, destaca no solo por su crecimiento económico, sino también por su capacidad para fusionar la modernidad con la naturaleza de una manera excepcional. Prueba de ello es el Paseo Santa Lucía, un elegante lago artificial que atraviesa la ciudad y que, con sus 2.5 kilómetros de longitud, ostenta el título de ser el más largo de Latinoamérica. Esta obra de ingeniería y diseño urbano, considerada una de las 13 maravillas creadas por el hombre en México, no le pide nada a los paseos en bote en Venecia, e incluso, le agrega un toque de belleza regiomontana.
El Paseo Santa Lucía se ubica en el primer cuadro de la ciudad de Monterrey y ofrece vistas panorámicas del Cerro de la Silla. La obra fue diseñada para revitalizar el entorno urbano y ofrecer un espacio recreativo y turístico. La construcción del paseo comenzó en 2006 pero se inauguró en 2007. Su diseño estuvo inspirado en el River Walk de San Antonio, Texas, pero con una adaptación única que incorpora elementos de arquitectura contemporánea. El paseo tiene una gran extensión de áreas verdes y explanadas, que crean perfectos paisajes para el esparcimiento, por eso, desde que abrió se ha vuelto el lugar favorito de los neoleoneses para pasear por las tardes y fines de semana. El río tiene una profundidad de 1,20 metros lo que lo hace bastante seguro.
Aunque el principal atractivo del Paseo Santa Lucía son sus paseos en lancha, el recorrido también ofrece opciones para disfrutarlo a pie, en bicicleta o incluso en carritos de golf. El trayecto comienza en la explanada Santa Lucía, ubicada en la calle Dr. Coss, al oriente de la Macroplaza, donde se encuentran el Museo de Historia Mexicana y el Museo del Noreste. Desde allí, el paseo serpentea a través de las calles del centro de Monterrey hasta llegar a la Av. Félix U. Gómez, y continúa hasta su punto final en el Parque Fundidora, un extenso espacio recreativo que también funciona como museo. A lo largo del recorrido, los visitantes pueden disfrutar de 24 fuentes que se iluminan espectacularmente por la noche, así como diversas obras escultóricas. Destaca especialmente la ‘Lagartera’, del artista oaxaqueño Francisco Toledo, una pieza en altorrelieve que representa el nado de lagartos sobre una superficie de escamas, de la que emergen ranas, peces, cangrejos, tortugas y más lagartos, añadiendo un toque artístico al paseo.
Otra importante escultura es un inukshuk original, una de las cinco obras inuit que el gobierno de Canadá ha donado a solo cinco ciudades en el mundo. En el paseo también te encontrarás con el Paseo de la Fama del Beisbol Mexicano, un tributo a los grandes de este deporte. Una parte del trayecto pasa por debajo de chorros de agua que actúan como juegos acuáticos, ofreciendo una refrescante manera de combatir el calor y proporcionando diversión para las familias. El camino peatonal está adornado con puentes, andadores, miradores y murales de artistas regiomontanos. A lo largo del trayecto, también encontrarás restaurantes con encantadoras terrazas con vistas al lago, así como 17 placas informativas que destacan acontecimientos y lugares históricos significativos de Monterrey. El paseo está rodeado de áreas verdes perfectas para detenerse a descansar bajo la sombra de un árbol. Al final del paseo podrás visitar los diversos restaurantes de comidas típicas de la región que se encuentran al desembarcar a la orilla del canal.
Te recomendamos hacer el recorrido en las mañanas, al caer la tarde o por la noche, sobre todo en verano cuando el calor es muy intenso. La entrada al Paseo Santa Lucía es gratuita y está abierta las 24 horas del día, pero si prefieres realizar el recorrido en lancha, las embarcaciones operan de lunes a sábados de 10:00 a.m. a 9:30 p.m., y los domingos de 10:00 a.m. a 5:00 p.m. El costo es de $50 pesos para menores de 10 años y adultos mayores, y $100 pesos para los adultos. Si visitas Monterrey, el Paseo Santa Lucía es una excelente opción para relajarte y escapar del bullicio urbano.