El chile en nogada es sin duda el rey de la temporada. Su sabor único y su historia lo convierten en un plato emblemático de México. Sin embargo, Puebla, la tierra que lo vio nacer, guarda en su recetario una infinidad de tesoros culinarios dignos de explorar. Como la ciudad ha sido un cruce de caminos para diferentes corrientes gastronómicas, desde la herencia indígena hasta la influencia colonial, esto le ha dado lugar a una cocina excepcionalmente rica y diversa. Desde los moles más exquisitos hasta los antojitos más sencillos, la cocina poblana es una verdadera explosión de sabores. Sigue leyendo y descubre otros cinco platillos que te harán enamorarte más de Puebla.
Mole Poblano
Aunque su origen exacto es incierto, se cree que el mole poblano nació en los conventos poblanos durante la época colonial. Las monjas experimentaron con diversos ingredientes, creando una salsa compleja y aromática que se convirtió en un icono de la cocina mexicana. Aunque la receta puede variar, el mole poblano generalmente incluye chiles como el ancho, mulato, pasilla o chipotle, así como almendras, cacahuates, pepitas, ajonjolí, y especias como canela, clavo, pimienta y comino. El chocolate le aporta un toque característico, entre amargo y dulce. Para espesar la salsa, se usa bolillo duro, y se añaden frutas como el plátano macho y la manzana. La preparación es laboriosa: los chiles se tuestan, remojan y muelen con las especias y semillas, y la mezcla se cocina a fuego lento durante varias horas hasta lograr una salsa espesa y aromática. Tradicionalmente, el mole poblano se sirve sobre pollo, aunque también puede acompañarse de pavo, carne de cerdo o incluso verdura, y se suele servir con arroz blanco y tortillas de maíz. A diferencia de otros moles que pueden ser más dulces, el mole poblano se caracteriza por ser más picante.
Cemitas
Al igual que el mole poblano, las cemitas tienen un origen interesante. Su nombre proviene del pan con el que se elaboran, que se dice fue introducido por los franceses durante la Intervención Francesa en México. Este pan, adaptado a los gustos mexicanos, es blanco, redondo, ligeramente dulce, con miga suave y corteza crujiente, tradicionalmente adornado con ajonjolí. La cemita poblana puede rellenarse con una variedad casi infinita de ingredientes. Algunos elementos esenciales son: milanesa de res o de pollo, pero también se pueden encontrar cemitas con carne de cerdo, chorizo o incluso vegetarianas. El queso Oaxaca es el más utilizado, pero también se pueden agregar otros quesos como el queso fresco o el queso de puerco. Aguacate para añadir cremosidad, chipotle para un toque picante y ahumado, y pápalo, una hierba aromática que aporta un sabor único. En Puebla, encontrarás cemitas en casi cualquier puesto de comida, fonda o restaurante.
Pipián
El pipián poblano es un manjar que merece una atención especial. A pesar de que existen muchas variedades de pipián a lo largo del país, el poblano tiene características únicas que lo distinguen. La base del pipián son las semillas de calabaza pero en Puebla se suelen añadir chiles secos como el ancho o el pasilla, lo que le da un sabor más intenso y ahumado. También se añaden especias como el comino, el clavo y la pimienta, así como otros ingredientes que pueden variar según la receta, como almendras, ajonjolí y tomate. Para su preparación, los chiles se tuestan, se remojan y se muelen junto con las semillas de calabaza y las demás especias. La mezcla se cocina a fuego lento hasta obtener una salsa espesa y aromática. En Puebla, el pipián se sirve tradicionalmente con pollo, aunque también puede acompañarse de guajolote, carne de cerdo o verduras. Aunque esta es la forma tradicional de prepararlo, algunas familias tienen recetas secretas que se transmiten de generación en generación.
Chalupas
Las chalupas son un antojito mexicano delicioso y muy popular, especialmente en Puebla. Aunque son sencillas de preparar, están llenas de sabor. Se hacen con tortillas de maíz que se fríen hasta quedar crujientes y se rellenan con una variedad de ingredientes. Las salsas son el alma de las chalupas, las más comunes son la salsa roja y la salsa verde, ambas preparadas con chiles, tomates, cebolla y otros condimentos. El relleno más tradicional es la carne deshebrada, pero también se usan pollo deshebrado, tinga de pollo o chorizo. Para darle un toque extra de sabor, las chalupas se adornan con cebolla picada, queso fresco, crema y aguacate. Este es otro platillo que encontrarás en cualquier puesto de comida callejera, fonda o restaurante de Puebla, y cada lugar ofrece su propia versión, lo que te permitirá probar distintas recetas y encontrar tu favorita.
Chileatole
El chileatole es una bebida caliente y reconfortante, tradicional en Puebla, que combina la suavidad del atole con el picor del chile. Aunque es esencialmente un atole de maíz con chile, su preparación varía según la región y los ingredientes disponibles. La base es maíz, que se muele y cocina en agua hasta obtener una consistencia espesa y cremosa. Se le añaden chiles como guajillo, ancho o de árbol para darle un toque picante. Además de su sabor único, el chileatole es nutritivo, rico en vitaminas, minerales y antioxidantes. Su historia en México es extensa y se considera parte del patrimonio culinario del país. En la época prehispánica, se preparaba con cacao tostado y se usaba como bebida energética. Con el tiempo, el chileatole ha evolucionado y, dependiendo de la región, puede consumirse como bebida caliente o como plato principal, similar a una sopa o guiso.