En medio de la belleza, naturaleza y tranquilidad del Bosque de Lerma se encuentra una estructura circular con columnas que sorprende por su sola presencia: es el Santuario Nacelagua. Este espacio, cargado de historia y simbolismo, es un punto de encuentro entre las antiguas creencias otomíes y la devoción católica a la Virgen de los Remedios. Aunque es un tesoro cultural, muy pocos lo conocen pese a estar a solo 15 minutos de la Marquesa. Pero más que un templo, también es un símbolo de resistencia del legado de las comunidades originarias y, al mismo tiempo, un espacio que invita a conectar con la naturaleza, la cultura y la fe de una forma única. Sigue leyendo para descubrir cómo es que este santuario llegó a estar aquí.


Te podría interesar: 5 espacios en CDMX para reconectar contigo: silencio, naturaleza y calma
¿Por qué se levantó este santuario en medio del bosque?
El Santuario de Nacelagua nació gracias a un acuerdo entre la organización de curanderos otomíes del ‘Divino Rostro’ y la Reserva Santa Fe, una inmobiliaria que, además de ser dueña del terreno, financió la construcción del templo para dar acceso a los devotos a sus lugares sagrados. Este pacto marcó un antes y un después en medio de los conflictos por la propiedad de la tierra. Para los creyentes es un sitio muy especial, no solo por el templo en sí, sino porque a un costado brota un manantial considerado sagrado. Y como todo lugar con mística, también guarda una leyenda: se dice que en la piedra ubicada en el centro quedaron marcadas las huellas de la Virgen de los Remedios y del Niño Jesús.


Los símbolos en el Santuario de Nacelagua
Como podrás imaginar, el santuario está lleno de simbolismo. Cuenta con un domo de media luna que representa a la Virgen de los Remedios, un anillo que simboliza la Corona del Divino Rostro y doce columnas, cada una representa un lugar sagrado a donde los devotos acuden a pedir salud y fertilidad. En la base de estas columnas, corren canaletas que guían el agua hacia espejos de cristal, una alusión a las deidades acuáticas como La Tlanchana de Metepec. Otra de las características más notables es un mural del artista Mauricio Tello, que rinde homenaje a los guardianes del bosque y a los hongos que crecen en la zona, reforzando la conexión entre la naturaleza y la fe. Y al centro hay un pequeño altar donde los devotos dejan flores y hacen sus oraciones.



Cómo disfrutar del Santuario de Nacelagua y su entorno
Visitar el Santuario de Nacelagua es toda una experiencia, no solo por su carga cultural y espiritual, sino también por el entorno natural que lo rodea. Al estar en medio del bosque, es perfecto para caminar entre los senderos, respirar aire puro y disfrutar de la tranquilidad. Aunque los devotos lo visitan constantemente, la fecha más especial para hacerlo es el primer domingo de septiembre, cuando se realiza una procesión, misa y convivio en honor a la Virgen de los Remedios; ese día el santuario se llena de vida y se convierte en punto de encuentro para las comunidades de la zona que llegan a pedir salud y fertilidad. La visita es libre, pero se recomienda solicitar permiso a la Reserva Santa Fe para evitar contratiempos. Sin duda, es un rincón ideal si buscas un espacio para recargar energía y llenarte de paz.
Dirección: Calle Jilguero, Reserva Santa Fe, Santa María Atarasquillo, Edomex
Página: reservasantafe.com


¡Conócelo, disfruta y comparte!