En medio del ajetreo del Centro Histórico en la Ciudad de México, entre los ires y venires de turistas y locales, vendedores ambulantes, danzas prehispánicas y limpias con incienso, se yergue, sobrio e imponente, un portón de madera que revela unas enormes escaleras de piedra. Se trata de Seminario 12, una de las casas habitadas más antiguas de la ciudad, y que hoy es hogar de un programa cultural que invita al público a reflexionar sobre los afectos, los cuidados, el patrimonio común, la alimentación y la restauración. Te invitamos a conocerla.
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Su construcción data de 1640, y se encuentra sobre el templo ceremonial a Tezcatlipoca –deidad que, según la cosmovisión mexica, constituía una dualidad y un balance con Quetzalcóatl–. Es uno de los pocos inmuebles del siglo XVII conservado hasta la actualidad, manteniéndose como una vivienda y ofreciendo un precioso espacio de patrimonio arquitectónico. Sus actuales dueños la adquirieron en 1988 cuando se encontraba en completo estado de abandono, y dedicaron los siguientes años a un riguroso proceso de restauración de la mano de un equipo de canteros, carpinteros, albañiles y herreros.
El día de hoy, Seminario 12 cuenta con tres suites en las que se puede disfrutar una estancia única dentro de un edificio cuya esencia es ser hogar. Como parte del lujo y las comodidades que ofrece, cuenta con una prestigiosa colección de arte, servicio de mayordomo, salones, bar, comedor, biblioteca, terrazas y balcones con una vista privilegiada hacia la Catedral y el Zócalo.
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La propuesta gastronómica de este lugar correa cargo de Colectivo Amasijo, encargado de colocar al centro del menú la reflexión en torno a la comida: sus procesos, origen, dinámicas, los vínculos y las violencias que se pueden generar a partir de los alimentos. Expendio-Comedor es la cocina y el corazón de esta casa, el espacio en el que este colectivo lleva a cabo sus actividades y transforma los distintos insumos de mujeres de todo el país. Además de la comida espectacular, aquí se ofrecen cursos, talleres, exposiciones y conversatorios.
Finalmente, la tienda de artesanías del proyecto colaborativo Maestras Artesanas busca ser un punto de encuentro entre los clientes y las comunidades artesanas, respetando siempre el enorme trabajo y habilidad detrás de cada una de las piezas y difundir las tradiciones mexicanas. Aquí podrás encontrar desde jarrones de barro de Michoacán y Oaxaca hasta preciosos tejidos de Chiapas, cuyo diseño va de lo más tradicional a lo más contemporáneo. Aunque el enfoque es el diseño de interiores, también vende ropa y accesorios de los que te enamorarás a primera vista.
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