Si bien hoy por hoy la Ciudad de México es una de las ciudades más grandes del mundo, con enormes rascacielos y grandes avenidas, la historia de esta ciudad se remonta a tiempos mucho más antiguos incluso que el Imperio Mexica. Distintas culturas florecieron alrededor de la cuenca del Valle de México, dejando vestigios arquitectónicos que se conservan en los lugares más insospechados de la ciudad que hoy habitamos. En total, hay cinco sitios arqueológicos dentro de CDMX, y definitivamente vale la pena visitarlos.
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TEMPLO MAYOR
Ubicado en el Centro Histórico, el Templo Mayor es uno de los más importantes sitios arqueológicos en la CDMX, pues alrededor de este fue el centro ceremonial más importante de México Tenochtitlan. Para los mexicas, este lugar era el centro del universo, y por eso cada vez que querían agrandarlo, en lugar de cambiar de sitio, se construía un templo nuevo sobre el anterior. Este conservaba siempre las mismas características fundamentales: dos capillas en la cúspide —una dedicada al dios solar y de la guerra, Huitzilopochtli, y otra al dios de la lluvia, Tláloc—, y una escalinata doble en la fachada principal. Aquí también es posible encontrar un Altar Tzompantli, la Casa de las Águilas y dos templos consagrados al dios Xochipilli, el dios del amor, las flores y el juego.
DIRECCIÓN: Seminario 8, Centro Histórico
CUICUILCO
De todos los sitios arqueológicos en la CDMX, Cuicuilco es el más antiguo de todos. De hecho, en este lugar apareció por primera vez la arquitectura de piedra a gran escala. Entre el 200 y el 150 a.C. —su momento de mayor apogeo— llegó a contar con una población de entre 20 mil y 40 mil habitantes, lo cual sugiere que fue el primer centro integrador de toda la Cuenca de México. El lugar fue abandonado y destruido con la erupción del volcán Xitle, pero todavía conserva su pirámide circular que conserva su aire imponente al sur de la ciudad.
DIRECCIÓN: Av. Insurgentes Sur s/n, Espacio Ecológico Cuicuilco, Tlalpan
TLATELOLCO
Si alguna vez visitaste el Museo de Antropología durante tu infancia, seguro recordarás la enorme maqueta del Tianguis de Tlatelolco en la Sala Mexica, y es que si Tenochtitlan era el centro teocrático y guerrero del Imperio Mexica, Tlatelolco fue el centro comercial más importante del México prehispánico. Ubicado al norte de la ciudad, este sitio arqueológico en la CDMX data de aproximadamente el siglo XIII, y forma parte de la llamada Plaza de las Tres Culturas —donde se reúne la arquitectura de tres momentos de la historia nacional: la época prehispánica, la colonial y la moderna—, y todavía conserva alrededor de 27 estructuras y edificios que datan de los siglos XVIII, XIV, XV e inicios del XVI.
DIRECCIÓN: Eje Central Lázaro Cárdenas, Tlatelolco, Cuauhtémoc
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MIXCOAC
A pesar de tratarse de uno de los sitios arqueológicos más pequeñas de la CDMX, en 2019 se abrió al público para compartir esta joya prehispánica vinculada con los rituales de la cacería. El lugar ha estado ocupado desde la época teotihuacana (400-600 d.C.), pero los vestigios que se conservan datan de la ocupación mexica (900-1521). Aquí se puede admirar una pirámide dedicada al dios Mixcóatl, deidad de la cacería, así como distintas estructuras como un patio central, una plaza ceremonial y los restos de una zona residencial. Se cree que en Mixcoac se celebraban fiestas a las que acudían invitados venidos de Tenochtitlan, Tlatelolco y otros asentamientos cercanos como parte de las excursiones de caza al bosque alrededor del cerro de Zacatepec.
DIRECCIÓN: Pirámide 7, San Pedro de los Pinos, Benito Juárez
CERRO DE LA ESTRELLA
En la cima del Cerro de la Estrella se encuentra un sitio arqueológico muy poco conocido de la CDMX. Sin embargo, se cree que en este lugar se llevó a cabo una de las festividades más importantes del Posclásico Mesoamericano: la celebración del Fuego Nuevo, la cual se realizaba cada 52 años. Se cree que este lugar fue testigo de las ceremonias de 1351, 1403, 1455 y 1507. El yacimiento incluye un templo piramidal donde se llevaban a cabo las celebraciones, así como otros espacios ceremoniales y el Museo del Fuego Nuevo, donde se conservan algunos artefactos y documentos que nos hablan más sobre este ritual.