10 sitios arqueológicos en la Península de Yucatán que todo amante de la historia debe visitar al menos una vez

¿Sabías que en tan solo tres estados se concentran 42 de los 194 sitios arqueológicos del país? Todos ellos pertenecen a la cultura maya, una de las civilizaciones más desarrolladas y poderosas de Mesoamérica, la cual se extendió por gran parte del territorio, desde lo que hoy es Honduras hasta el sur de México. La península de Yucatán sigue siendo hogar de esta cultura viva, y conserva todavía montones de vestigios y ruinas que se pueden visitar. Aunque visitarlas todas puede ser una proeza digna de más de un viaje a la península, aquí te dejamos diez sitios arqueológicos que todo amante de la historia debe incluir en su itinerario.

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CHICHEN ITZÁ

Ninguna lista sobre el legado arqueológico maya en la península de Yucatán está completa sin mencionar Chichen Itzá, por más repetitivo que pueda parecer. No por nada este impresionante complejo fue proclamado Maravilla del Mundo en 2007, pues en su época de mayor esplendor fue la ciudad más poderosa de la península. Alrededor del centro religioso, cultural y administrativo floreció una ciudad en la que llegaron a vivir hasta 100 mil personas. Los Itzáes se establecieron en este lugar en el siglo IX d.C., y forjaron un amplio dominio que a lo largo del tiempo se enfrentó con otros pueblos, los cuales trajeron consigo nuevos elementos culturales. 

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Todavía se pueden visitar, entre otros, el Cenote Sagrado, vestigios de la Chichén Antigua —cuyos templos fueron construidos con un estilo arquitectónico puro, sin influencias extranjeras—, el Patio de las Mil Columnas, el Templo de los Guerreros, el Juego de Pelota, el observatorio, el Templo de las águilas y el conjunto del Caracol, donde se encuentra el Castillo de Kukulkán, la cual se ilumina al atardecer de cada equinoccio solar para revelar a la ‘serpiente emplumada’ que desciende por sus 365 escalones.

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UXMAL

Al sur de Yucatán se yergue entre la selva la zona arqueológica de Uxmal, uno de los recintos mayas más majestuosos del estado. De hecho, fue otra de las capitales regionales de los mayas del norte, específicamente de la región del Puuc. Se caracteriza por sus palacios bajos y horizontales acomodados alrededor de patios en los que abundan las esculturas detalladas, elaboradas con miles de piedras perfectamente pulidas para formar mosaicos geométricos inigualables. 

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Se dice que la ciudad fue fundada por la tribu de los Xiues en el Preclásico superior (entre el 400 a.C. y el 200 d.C.), pero la mayoría de los edificios datan del Clásico Tardío, entre los siglos VIII y X d.C. La ciudad está conformada por 15 grupos de edificios, entre los que destacan la Pirámide del Adivino con su Plaza de los Pájaros, el Cuadrángulo de las Monjas, el Juego de Pelota, el Palacio del Gobernador, la Gran Pirámide, el Palomar y el Cementerio, los cuales nos hablan de la complejidad social de este centro político, económico y religioso.

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DZIBILCHALTÚN

Ubicada muy cerca de Mérida, sobre la carretera hacia Progreso, este sitio arqueológico recibe su nombre por las estelas conmemorativas que se encontraron en la zona. Según los expertos, estuvo ocupada desde el 500 a.C., y perduró hasta la conquista de los españoles en el siglo XVI. Se han encontrado alrededor de 8,400 estructuras, y la mayoría de las construcciones monumentales se encuentra justo al centro de la ciudad; se cree que pudo haber alcanzado una población de hasta 40 mil habitantes, lo cual la convierte en una de las ciudades antiguas más grandes de Mesoamérica. 

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La ciudad conserva sus caminos blancos y estructuras abovedadas, el cenote Xlakáh —uno de los más grandes y profundos en Yucatán— repleto de lirios y aguas cristalinas. Entre los edificios sobresale el Templo de las Siete Muñecas o Templo del Sol, el cual se ilumina en un espectáculo de luces y sombras durante los equinoccios de otoño y primavera.

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LABNÁ

Este sitio arqueológico a una hora de Uxmal fue una pequeña pero importante ciudad maya que alcanzó su esplendor entre el 600 y el 900 d.C. Su nombre significa ‘casa vieja’, y es famosa por El Arco, una hermosa construcción tallada en piedra cuidadosamente ornamentada, la cual se cree era la entrada de algún recinto dedicado a grandes celebraciones. Otros dos conjuntos importantes en el sitio son El Palacio —que acumula 57 recámaras en dos niveles— y El mirador —cuyas paredes exhiben mosaicos de piedra y las esquinas rematan con mascarones de Chaac. 

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DZIBANCHÉ

Esta zona arqueológica al sur de Quintana Roo y a noroeste de Chetumal forma parte del complejo Dzibanché-Kinichná (que en maya significa ‘casa del sol’), en la zona de transición entre la selva baja de la península de Yucatán y la selva tropical lluviosa del Petén. La ciudad floreció desde el siglo IV d.C. hasta el siglo XIII, y conserva múltiples edificios que sobresalen por su arquitectura, como el Templo del Búho y el Templo de los Cormoranes, los cuales se encuentran en el patio Xibalba. Por su parte, la Plaza Grann alberga el Edificio de los Cautivos, con representaciones de personajes en actitud de sometimiento. Si tienes tiempo, puedes explorar el sitio vecino de Kinichná, al cual se llega a través de los caminos blancos que unen los complejos mayores.

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XCARET

En tiempos prehispánicos y coloniales, el sitio se llamaba P’olé, que se remite a sus orígenes como uno de los puertos comerciales más importantes camino hacia Cozumel. Esta siempre fue tierra de pescadores, pero entre el 600 y el 900 d.C. tuvo un crecimiento durante el cual se levantaron edificios y creció la producción de cerámica tradicional, así como cerámica policroma y objetos de jade, obsidiana, y cristales que demuestran la influencia y el contacto comercial con otros sitios del área maya central, llegando incluso hasta Guatemala. 

Sin embargo, no fue sino hasta el siglo XI y hasta la llegada de los españoles que cobró mayor importancia, pues era un puerto importante en las rutas que llegaban hasta Honduras. Además de las actividades económicas, los peregrinos usaban este puerto en su camino hacia Cozumel, donde se encontraba el santuario a la diosa Ixchel. Con la conquista española continuó su relevancia, por lo que además de vestigios prehispánicos, conserva algunas iglesias del siglo XVI

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COBÁ

Al oeste de Tulum, Cobá es el asentamiento más importante del noreste de la península de Yucatán, comparable en tamaño e importancia a Chichén Itzá. Tiene una extensión de poco más de 70 kilómetros cuadrados y una red de 45 caminos que comunican los diversos conjuntos arquitectónicos dentro del sitio con las comunidades aledañas, las cuales eran dependientes de su dominio. 

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La ocupación de la zona se remonta al año 200 a.C., y un par de siglos después comienza a crecer tanto demográfica como política y arquitectónicamente, hasta convertirse en una de las ciudades más grandes y poderosas del área maya, manteniendo relaciones estrechas con otras grandes ciudades mayas en Guatemala y Campeche. Algo que llama la atención es la existencia de arquitectura de tipo teotihuacano en el sitio, lo cual sugiere que su influencia se extendió más allá del territorio maya.

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EDZNÁ

Su nombre significa ‘la casa de los Itzáes’ y cuenta con más de 20 edificios monumentales que dan fe del poder político, económico y religioso que este lugar en el actual estado de Campeche concentró entre los años 600 y 1200, pero la relevancia de lo que alguna vez fuera una importante capital regional comenzó a decrecer hasta su abandono en el año 1450. 

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Aún conserva magníficos grupos arquitectónicos como la Gran Acrópolis, el Edificio de los Cinco Pisos y el Templo de los Mascarones. Se cree que gran parte del poder de Edzná se basó en el dominio del entorno natural, como el complejo sistema hidráulico que les permitía tener agua todo el año. Por otro lado, los especialistas señalan que aquí se ajustaron los calendarios mayas que se utilizaron durante el periodo Clásico. 

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XCALUMKÍN

Cuando de escritura maya se trata, Xcalumkín es uno de los lugares más ricos que encontrarás en la península. Además, es considerada la capital regional de más de 25 sitios que se ubican a su alrededor y presenta uno de los mejores ejemplos de la arquitectura Puuc en Campeche, documentando en sus paredes tres fases distintas de este estilo. Aunque solo algunos de los edificios en la zona fueron usados como templos y no existen basamentos de grandes pirámides ni juego de pelota, vale la pena visitar el lugar por sus escrituras jeroglíficas y las ruinas que se conservan.

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CALAKMUL

A aproximadamente 30 kilómetros de la frontera con Guatemala, la ciudad de Calakmul se considera la ciudad más importante del Clásico maya, y junto con Tikal y Palenque, encabezaban la organización política de las tierras altas. Aún hoy se puede observar una planeación urbana única, adaptada a la geografía del lugar (dos montes vecinos), con un núcleo constituído por cinco conjuntos arquitectónicos con grandes plazas ceremoniales y conjuntos residenciales. Por otro lado, es el sitio en el que se han encontrado mayor número de estelas en el área maya, muchas de ellas del periodo Preclásico Tardío (400 a.C.), las cuales han sido fundamentales para el estudio epigráfico que ha hecho posible la reconstrucción de la historia política y social de la urbe.

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