Aunque a veces lo olvidamos, el estado de Michoacán nos sorprende con paisajes sublimes de montañas boscosas con montones de pueblos cuya historia se nos revela en cada esquina. Estos rincones fusionan la tradición y la naturaleza, dando pie a destinos únicos. A solo hora y media desde Morelia, el Pueblo Mágico de Tacámbaro está lleno de callejones, casonas blancas y plazuelas escondidas, y alrededor, montañas, cascadas, balnearios y hasta un lago en el cráter de un volcán apagado. Es difícil enumerar todas sus virtudes, pero aquí te diremos tan solo algunas de las razones por las cuales no puede quedar fuera de tu bucketlist viajero.
La historia de un pueblo purépecha
Conocido como ‘el Balcón de Tierra Caliente’, Tacámbaro goza de un clima privilegiado que oscila alrededor de los 20°C, pero tiene la particularidad de que la temperatura cambia drásticamente dependiendo de en qué parte del pueblo te encuentres. Tacámbaro fue territorio purépecha hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI. Con la colonia, los agustinos llegaron a la zona y fundaron el pueblo y la Capilla de Santa María Magdalena, cuyos vestigios siguen en pie y se pueden visitar. La Guerra de Independencia dejó al poblado devastado, pero eso no evitó la reconstrucción y el esplendor posterior. De hecho, Tacámbaro fue capital del estado en dos ocasiones, y aquí se libró la batalla donde el ejército mexicano venció a los belgas durante la Intervención Francesa.
Qué hacer en Tacámbaro
Hoy en día, la mejor forma de recorrer Tacámbaro es recorrer sus callejones y plazas. No obstante, sí hay varios edificios que vale la pena tener en la mira para no perderte de ningún detalle. Por ejemplo, la plazuela escondida del Santo Niño, el Santuario de la Virgen de Fátima —que alberga las ‘Vírgenes Refugiadas’ traídas desde Polonia, Hungría, Lituania y Cuba cuando la religión católica era perseguida en estos países—, el Centro Cultural Amalia Solorzano —que narra la historia de Lázaro Cárdenas— y la Catedral de San Jerónimo.
Artesanías michoacanas
También te recomendamos dedicar un tiempo para visitar la Casa del Artesano. Tacámbaro es famoso por sus canastas de huinumu —hoja de pino— y de hoja de maíz, así como por sus bordados, sus prendas de lana, sus tapices, huaraches y sillas de montar. Aunque hay varios rincones para conseguir estas piezas, la Casa del Artesano es un sitio práctico para comprar directo con los artesanos y explorar varias opciones en un solo lugar.
Qué comer en Tacámbaro
¿Sabías que cuando la UNESCO declaró la cocina tradicional mexicana como Patrimonio de la Humanidad, el caso en el que se centró fue el de la gastronomía michoacana? En Tacámbaro, como en muchos otros pueblos de Michoacán, podrás deleitarte con exquisitas carnitas, aporreados, cornudas, tacos al vapor, sopa de cola de buey y uchepos. En cuanto a la bebida, el mezcal de la región es bastante bueno. Date la oportunidad de caminar por sus mercados y probar las frutas cultivadas en el área, como el aguacate, la zarzamora y la caña de azúcar.
Cascadas, balnearios y un lago en el cráter de un volcán
Pero además de su belleza tradicional y sus calles pintorescas, Tacámbaro es un paraíso natural que te roba el aliento de muchas maneras. Se encuentra en una zona boscosa de pinos y encinos donde abundan las cascadas, como la de Arroyo Frío, con una caída de 60 metros. Ahí mismo encontrarás un balneario alimentado por las aguas frías del manantial, las cuales se mantienen en constante flujo. Si te consideras amante del ecoturismo, también vale la pena explorar la laguna de La Magdalena y el Parque Ecológico Cerro Hueco.
La Alberca del Rey Tacamba
Pero lo que por ningún motivo te puedes perder cuando visites Tacámbaro es la Alberca del Rey Tacamba. Se trata de un lago sagrado formado en el cráter de un volcán apagado, que si bien es fascinante en concepto, es aún más majestuoso al conjugarlo con la vegetación exuberante que lo rodea y las leyendas locales que lo envuelven.
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