Existen ciertos lugares que se han convertido en un verdadero referente cultural, esto gracias a sus atractivos turísticos que los hacen destacar del resto de los destinos internacionales, o que inclusive los establece como punto de comparación con demás territorios. Tal es el caso de Venecia, cuyos canales de agua se han popularizado en todo el mundo, apodando también a diversos destinos más pequeños y que gozan de sus mismas características; entre éstos últimos se encuentra Colmar, llamado popularmente como la Venecia francesa y con un encanto clásico que vale la pena descubrir.
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Colmar es una ciudad francesa situada en la región de Alsacia del Alto Rin –al este del país, cerca de la frontera con Alemania y Suiza–, famosa por sus casas con entramado de madera, sus preciosas calles empedradas y sus pintorescos canales. Una de las mejores formas de conocer el destino es recorriendo sus canales en barquitas, experiencia que sin duda alguna hará sentir a sus visitantes como si se encontraran dentro de una hermosa Venecia francesa.
La ciudad cuenta también con una rica historia y cultura, ya que durante la Edad Media su territorio fue un importante centro comercial en la región de Alsacia, por lo que se habitaba por personalidades célebres y de interés cultural. Un dato interesante es que Colmar vio nacer al escultor Frédéric Auguste Bartholdi, de reconocimiento internacional y autor de la Estatua de la Libertad en Estados Unidos.
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En la actualidad, esta Venecia francesa alberga variedad de construcciones que mantienen su arquitectura medieval, así como sorprendentes casas con entramado de madera que datan de los siglos XV al XVI. Un ejemplo de este increíble patrimonio arquitectónico es la iglesia de San Martín, envuelta entre callejones y con un atractivo bastante peculiar que, si bien no comparte la fachada imponente del resto de los edificios en el destino, si cuenta con una influencia gótica y romántica que vale la pena conocer.
Colmar también es un destino famoso por su gastronomía, en la que destacan platos tradicionales como la choucroute –una salchicha con col fermentada– y la tarta de queso Munster. En caso de considerarse amante del vino, entonces vale la pena probar los vinos blancos de la región de Alsacia, ya sea en alguna tienda local o realizando un recorrido enológico por sus viñedos. Será complemento perfecto para cualquier visita a la Venecia francesa.
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