Basta con ver la imagen de este puente de arco cruzando un cañón para preguntarse cómo es posible que una estructura así exista en un paisaje tan salvaje. Y la sorpresa no termina ahí: resulta que está en México. Sí, estamos hablando del Viaducto Pensil en Atoyac, Veracruz, una de las grandes joyas de la ingeniería ferroviaria del siglo XIX. Construido específicamente en 1876, fue parte de la línea ferroviaria que por más de 120 años sirvió para comunicar el Puerto de Veracruz con la Ciudad de México. Y aunque actualmente solo pasan ferrocarriles de carga, se ha conservado en buen estado, permitiendo a los visitantes apreciar su arquitectura.
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Viaducto Pensil en Atoyac, Veracruz
El Viaducto Pensil, ubicado a solo 45 minutos de Córdoba, Veracruz, debe su nombre a la forma en que se sostiene, con vigas de hierro que se asemejan a lápices, o pensiles. Con una longitud de unos 133 metros y una altura de 9 metros, esta imponente estructura de hierro y mampostería es un verdadero logro de la ingeniería de su época. Tanto así que ha recibido dos importantes galardones internacionales: en 1993, la organización Puente Alcántara de España le otorgó una mención especial, y en 1996, el gobierno de Dinamarca le entregó el prestigioso Premio Brunel en un concurso de diseño internacional. Además, en 2021, fue elegida para protagonizar un comercial de un videojuego de Xbox. Y no solo es impresionante por su ingeniería, sino también por su entorno, rodeado de naturaleza y vistas panorámicas que hacen aún más especial la visita.
Tómate fotos increíbles dentro del viaducto
Bajar al Viaducto Pensil es toda una aventura. Para llegar, primero tienes que cruzar un puente colgante con letras enormes que dicen ‘Atoyac’. El camino te hará atravesar otros túneles ferroviarios más pequeños, así que te recomendamos llevar buen calzado y una lámpara para iluminarte en el trayecto. Hay señales que te guiarán hasta las vías, y desde allí puedes caminar hacia el interior del viaducto, disfrutar de las vistas y sentirte como si estuvieras sobre una pieza histórica. Aunque el lugar tiene grafitis, su encanto sigue intacto, y es un excelente spot para sacar fotos impresionantes. Ya sea desde lejos o desde dentro, el viaducto se ve increíble desde cualquier ángulo.
Descubre la cascada secreta bajo el Viaducto Pensil
La aventura no termina ahí. Si bajas por el lado derecho del viaducto, llegarás a una hermosa cascada de unos ocho metros de altura. Para acceder, tendrás que atravesar unas grutas oscuras, donde solo podrás ver lo que tu lámpara ilumine, pero el trayecto es corto. Al salir de las grutas, seguirás bajando hasta llegar a la cascada. Aunque el camino es empinado y un poco complicado, realmente vale la pena cada esfuerzo. Una vez allí, podrás refrescarte en sus aguas cristalinas y disfrutar de una nueva perspectiva del viaducto, que desde abajo parece aún más imponente. Se recomienda usar calzado cómodo, ropa ligera y estar atento a los señalamientos, además de evitar caminar cerca de los bordes. Sin duda, es un lugar único en México que vale totalmente la pena explorar.
¿Te atreves a meterte a este túnel?