No importa si te encuentras en un restaurante de manteles largos o si simplemente deseas impresionar a tus amigos, es importante que al menos conozcas lo básico acerca de catar un vino cuando ordenas una botella. Esto puede resultar intimidante para personas que anteriormente no han tenido mucha exposición al mundo enológico, especialmente cuando te eligen para ser quien pruebe la primera copa de la botella que ordenaron. La buena noticia, es que catar un vino no es tan complicado cuando conoces los pasos, y hay algunas formas de sacarle el mejor provecho a esos primeros tragos.
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Recuerda por qué te sirvieron primero a ti el vino
Cuando el mesero te sirve una pequeña probada del vino que ordenaron, lo que espera es que le digas si la bebida es de tu agrado o no. No estás siendo evaluado en tu nivel de conocimientos –es más, ni siquiera es necesario que le digas tu opinión– ni tampoco se espera que des tus conclusiones sobre el año de producción o el tipo de uva. Simplemente puedes responder ‘está delicioso’, ‘muy bien’ o incluso ‘no es lo que esperaba’, si así lo consideras.
Mira el color del vino
El siguiente paso es mirar el color del vino sosteniendo la copa en alto y mirando por distintos ángulos la bebida. Esto puede darte una idea del tipo de uvas que se usaron para hacerlo, el año de producción e incluso el cuerpo del vino. Entre más pruebes más te darás cuenta de sus diferencias.
Huele la copa
Después de haber observado el vino, es momento de acercar tu nariz a la copa y comenzar a oler. Si es de tus primeras veces te olerá a una sola cosa: a vino. Pero no te preocupes, con forme pase el tiempo y vayas educando tu nariz –solo se consigue catando y catando– vas a empezar a percibir notas que te pueden recordar a frutos rojos, frutos secos, quesos, frutas tropicales o incluso cuero, madera y otros materiales. No, afortunadamente no tienes que compartir estas opiniones ni con el mesero ni con tus acompañantes, a menos de que así lo desees.
Prueba el vino
Después de mover ligeramente la copa para despertar las notas en movimiento, es momento de darle un trago. El primer trago siempre será distingo de los que vendrán después, pero lo más importante es que pases el líquido por distintas partes de tu boca para percibir mucho mejor su gusto.
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Dile al camarero si te gustó o no
Lo mejor forma de manejar la situación es decirle al mesero si te gustó o no el vino que probaste. Como dijimos anteriormente, no hace falta dar demasiadas explicaciones ni discursos complejos que expliquen lo que acabas de catar.
No te sientas intimidado
Es común sentirse incómodo al ser elegido para catar el vino si no tienes ningún conocimiento, pero no hay necesidad de que te pongas nervioso. El mesero no te va a juzgar ni mucho menos tus amigos –si te eligieron a ti sin saber de vinos, probablemente nadie más en la mesa sepa tampoco–. No te apresures, toma el proceso con calma y disfruta de tu copa.