Hace algunos años, todavía era fácil distinguir a los viajeros que arribaban al aeropuerto de la CDMX desde Mérida: en una mano cargaban su equipaje, y en la otra, una caja rotulada con llamativas letras amarillas y blancas sobre un fondo morado. La gastronomía yucateca es una de las más reconocidas del territorio nacional, y no hablamos únicamente de la cochinita pibil, el queso relleno y el recaudo negro, sino también de recetas que se han ido modernizando con los años y que hoy son uno de los emblemas de la cocina del estado. Por supuesto, hablamos de la inigualable Rosca Brioche y las bolitas de queso que nacieron en la cocina de una casa en Yucatán, y que hoy se pueden encontrar en las dos nuevas sucursales de Tere Cazola en la CDMX.
La famosísima Tere Cazola —cuyo nombre completo es Maria Tereza Cazola Bravo— hizo su primera venta en el lejano 1985, y ahora, casi 40 años después, celebra la apertura de sus séptima y octava sucursales en la CDMX, ubicadas una en la Roma y otra en Insurgentes Sur. Poco a poco, esta repostería yucateca se fue convirtiendo en uno de los grandes emblemas del estado, y en un souvenir imprescindible para traer de regreso de cualquier viaje a Mérida. Sin embargo, desde hace algunos años comenzaron un proyecto de ampliación para llevar sus productos a más regiones del país, con sucursales ahora también en Quintana Roo, Campeche, Tabasco y CDMX.
Esta repostería yucateca se ha convertido en símbolo de calidad y tradición, de modo que las nuevas aperturas de Tere Cazola en la CDMX son motivo de celebración. Si bien la Rosca Brioche y las bolitas de queso son las grandes estrellas de la casa entre los visitantes que vienen de fuera, los locales frecuentan la tienda más bien para llevar montones de otras delicias que, francamente, nos hemos estado perdiendo.
La próxima vez que te inviten a comer, no dudes en aprovechar las nuevas aperturas de Tere Cazola en la CDMX para encontrar el postre perfecto para halagar a tus anfitriones. Empecemos hablando sobre el Pay de Limón de Tere Cazola —una delicia que parece sacada de un cuento ilustrado, con una capa de galleta crujiente, una capa de limón ultra cremoso y una capa de merengue flameado— o el Extreme Queso de Bola —pastel relleno de crema de queso de bola, bañado en salsa tres leches y decorado con crema chantilly y más queso—, además de una amplia selección de pasteles y gelatinas.
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