Kinko abrió sus puertas hace poco más de un mes y, entre la cantidad creciente de restaurantes y bares en la CDMX, se establece como uno de los sitios que buscan mantener la belleza auténtica y local en la colonia Roma. Su concepto de cocina fusión asiático-mexicana abraza lo efímero y eventual, con platos que cambian constantemente y son perfectos para disfrutar una experiencia dinámica en cada visita. ¡Te contamos todos los detalles!
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Kinko refiere a algo efímero, elemento que se mantiene como línea conductora en la propuesta de este nuevo restaurante en la colonia Roma, esto a través de un menú transitorio y adaptable al producto de temporada, la disponibilidad de los ingredientes y los antojos del chef. Aquí no solo encontrarás un espacio de atmósfera casual y amigable, sino también una serie de platos abundantes en sabores mexicanos y asiáticos.
Su diseño interior es como una expresión más tangible de su propuesta gastronómica. Se pueden apreciar los acabados minimalistas y una identidad gráfica de estilo oriental, al igual que decoraciones que refieren al popular mexicano y le brindan a su espacio un toque bastante divertido –como mueblería colorida, prints y fotografías en sus paredes, e inclusive pequeñas figuras de luchadores o muñecos tradicionales–. Podrás tomar asiento en sus mesitas a pie de calle, su salón interior frente a la barra de coctelería, o bien en un área más recluida e íntima a un lado de su cocina abierta.
Como mencionamos, en Kinko la cocina es efímera y transitoria. Esto no solo refiere a los alimentos disponibles en su menú, sino también a la forma en la que se presentan y la experiencia que ofrecen en cada visita. Aquí se incorporan elementos mexicanos y asiáticos en cada plato, que a su vez siguen un concepto botanero y pensado para compartir al centro de la mesa, esto en porciones abundantes en las que no pasa desapercibida la buena relación calidad-precio.
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Si quieres probar la propuesta de Kinko en su totalidad , la sugerencia es optar por su omakase, una selección especial del chef conformada por seis taquitos y baos –tres de cada uno– . Para que te hagas una idea, el que nosotras pedimos incluía un bao de costilla de cerdo con mole negro, taco de setas fritas con mayonesa y salsa coreana, bao de pollo al pastor con encurtidos, taco de pipián con vegetales, bao de birria de búfalo y taco de brócoli zarandeado con salsa de pesto.Este omakase cambia constantemente.
Otros imperdibles son su pak choi –col china a las brasas acompañada de uva, apio, yogur griego y pepitas de calabaza garapiñadas–, su pato laqueado –medio pato asado con mole, ensalada de quelite y tortillas de maíz– y, para el postre, sus fresas con crema –fresas con merengue, crema de queso de cabra y helado de fresa–. Para beber hay una selección de sakes, vinos, cervezas y coctelería de la casa, esta última disponible al 2×1 todos los días.
