Las personas que viven en la colonia Santa María Insurgentes, en la CDMX, deben tener sus casas oliendo a chocolate y la responsable de eso es la Fábrica de Chocolates Bremen. Una de las más antiguas de la ciudad desde 1938. Más de 80 años de tradición endulzando paladares con dulces y chocolates genuinos de gran calidad y variedad. En la esquina de la fábrica está su tienda principal, abierta desde el primer día, y aún conserva sus marquesinas originales y vitrinas que desbordan nostalgia y dulzura. Habría que preguntarle a los vecinos si ese aroma diario es una bendición o una tortura, pero para quienes solo pasamos de vez en cuando, el olor es irresistible. Tan solo poner un pie dentro te hace querer comprar toda la tienda. Así que si estás buscando un regalo para el Día de la Madre, o en realidad un regalo para cualquier ocasión, esta clásica chocolatería podría sacarte siempre de cualquier apuro.
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Chocolates Bremen: de un local pequeño a una fábrica con historia
Antes de hablar de los chocolates con los que puedes consentir a esa persona especial, vale la pena conocer un poco sobre la historia de los Chocolates Bremen. El nombre viene de la ciudad alemana de Bremen, lugar donde nació el fundador, el Sr. Pillgram. Fue en 1934 cuando, junto con algunos socios, decidió empezar a fabricar y vender dulces en la CDMX. Comenzaron en un pequeño local en la calle Puente de Alvarado, donde él aportó todo su conocimiento chocolatero. Para 1942, Bremen ya operaba como una pequeña fábrica que producía una buena variedad de delicias: chocolates originales, frutas cristalizadas, caramelos, peladillas y jaleas. Un año después, en 1943, Don José Sainz-Trápaga compró la empresa y la convirtió en un negocio familiar 100% mexicano. En 1946, se construyó el edificio actual, ahí nacieron nuevos productos como los higos trampados en chocolate y las paletas de malvavisco. Al principio, todo se hacía a mano, desde la producción hasta el empaque, pero con el tiempo y la demanda, la empresa creció y se modernizó. Pasaron de tener 30 empleados a más de 350. Hoy, además de su tienda tradicional, Bremen distribuye sus productos a mayoristas, tiendas de autoservicio y departamentales en todo México, y exporta a Estados Unidos, Canadá, Centro y Sudamérica y Asia.
Más de 100 delicias para disfrutar
Entrar a la tienda clásica de Bremen es como abrir una caja de recuerdos y de antojos. Con sus vitrinas siempre llenas, el verdadero dilema es decidir qué llevarte. Los clásicos nunca fallan: sus famosas meriendas rellenas de cajeta, los tradicionales trampados, las cerezas al licor, los ‘flats’ y el famoso ‘recorte’, ese chocolate a granel buenísimo y a muy buen precio. Pero eso es solo el comienzo. Bremen tiene más de 100 productos: chocolates rellenos de fondant, con pistache, caramelos macizos con sabor a cajeta, ron o mantequilla; chocomaní, lenguas de gato y un montón de cosas cubiertas de chocolate como cereales, pasitas, nueces, malvaviscos, avellanas tostadas y pretzels. También encontrarás chocolates con hasta 70% de cacao. Chocolate en polvo para preparar chocomilk, coberturas para repostería, caramelos frutales, de menta o eucalipto, y gomitas con chile sabor cereza.
Chocolates Bremen para regalar un dulce detalle
Todo se vende en empaques individuales o a granel, para que cada quien arme su propio surtido. Aunque también tienen bolsas y canastas listas para regalar. Puedes visitar la chocolatería Bremen abre de lunes a sábado, de 8 de la mañana a 8 de la noche. Hoy, muchos adultos recuerdan con cariño cómo sus mamás los llevaban de niños a escoger dulces. Pero ahora los papeles se han invertido. Nos toca a nosotros consentir a nuestras madres con un regalo lleno de amor, dulzura y nostalgia. Porque si hay algo que puede decir ‘te quiero’ sin decir una sola palabra, es un buen chocolate.
Dirección: Calz San Simon 227, Santa María Insurgentes, Cuauhtémoc
Página: bremen.com.mx
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