Hay figuras históricas que no dejan de fascinarnos, y Sor Juana Inés de la Cruz es, sin duda, una de ellas. Su vida, su pensamiento y los espacios que habitó siguen despertando mucha curiosidad. Un de los lugares donde vivió, quizás el más importante, se conserva en pleno Centro Histórico de la CDMX: el Claustro de Sor Juana. Originalmente fundado como el Convento de San Jerónimo en el siglo XVI, fue el hogar de la escritora durante sus últimos 27 años de vida y fue donde escribió la mayor parte de su obra. Hoy, el Claustro sigue siendo un lugar lleno de vida, funciona como universidad, como museo y como espacio cultural. Así que es posible recorrer los pasillos donde alguna vez brilló la mente de una de las voces más importantes de la literatura mexicana.


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Antes de ser Claustro: El Convento de San Jerónimo
Antes de ser hogar de Sor Juana y cambiar su nombre por el de su habitante más prominente, este edificio histórico fue inaugurado en 1585 como el Convento de San Jerónimo, el primer convento mexicano de monjas jerónimas. Originalmente eran dos casas juntas que se fueron ampliando con el tiempo; dentro hay una iglesia renacentista, seis patios y en la entrada una escultura de San Jerónimo, considerada la segunda más antigua de la época colonial. Como en muchos conventos de entonces, sólo familias españolas y criollas con suficiente dinero podían costear la entrada, ya que el dote era de 3 mil pesos. Tras las Leyes de Reforma, el convento cerró en 1867 y pasó por varios usos, incluyendo hospital militar. Más tarde, fue adquirido por el arquitecto Antonio Rivas Mercado y luego heredado por sus hijas. La iglesia fue declarada monumento nacional, pero el resto del edificio se dividió hasta que en 1975 un grupo interesado en preservar la historia de Sor Juana solicitó al presidente Luis Echeverría su expropiación para conservarlo.


El hogar donde Sor Juana escribió sus grandes obras
Sor Juana Inés ingresó al Convento de San Jerónimo en 1669 y vivió ahí hasta su muerte en 1695. Eligió esta orden porque las reglas de las monjas jerónimas eran más flexibles, lo que le permitía entregarse al estudio, la lectura y la escritura sin tantas restricciones. Como ella misma decía, no quería ninguna ocupación que coartara su libertad intelectual. En ese espacio, su celda, su biblioteca, sus jardines, escribió algunas de sus obras más importantes, como las comedias Los empeños de una casa y Amor es más laberinto, además de textos sacramentales como El divino Narciso o El cetro de José, y una vasta producción poética. Sor Juana pidió ser sepultada ahí mismo, junto a sus compañeras jerónimas. Siglos más tarde, el gobierno declaró el edificio patrimonio nacional y lo rebautizó como Claustro de Sor Juana, en un merecido homenaje a su legado intelectual y su obra literaria.


Lo que puedes ver hoy en el Claustro de Sor Juana
Hoy, este recinto alberga la Universidad del Claustro de Sor Juana, que ofrece licenciaturas, maestrías y diplomados en áreas de humanidades como Comunicación, Derechos Humanos y Gestión de Paz, Escritura Creativa, Literatura, Filosofía, Gestión Cultural, entre otras. Además, aquí se encuentra un pequeño museo de sitio que narra la historia del lugar, pero uno de los espacios más interesantes es Celda Contemporánea, una galería que presenta exposiciones de arte contemporáneo bajo un formato muy particular: siempre son tres artistas cuyos trabajos dialogan entre sí a partir de un mismo tema. También se llevan a cabo actividades culturales como obras de teatro, conciertos y exposiciones. Puedes visitar el Claustro de Sor Juana de lunes a viernes entre 10:00 y 17:00 horas, y los sábados de 10:00 a 14:00.
Dirección: José María Izazaga 92, Centro Histórico de la CDMX, Cuauhtémoc
Página: elclaustro.mx


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