Aunque hoy en día el Centro Histórico de la CDMX sigue siendo hogar de enormes edificios virreinales, muy pocos de ellos siguen teniendo el mismo uso que en la época de la colonia. Uno de ellos es el Colegio Vizcaínas, un enorme inmueble que ocupa toda una cuadra con el mismo nombre, a unas cuadras de la Alameda, el Zócalo y el Mercado San Juan Pugibet. Su imponente fachada barroca de cantera ha sido parte del paisaje urbano desde mediados del siglo XVIII, y ya desde entonces una de sus principales funciones era la de colegio. Por sus pasillos han pasado mujeres que cambiaron el rumbo del país, como lo hizo Josefa Ortiz Tellez-Girón, quien pasaría a la historia por su papel en las conspiraciones que dieron pie a la Independencia de México.


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Un colegio con casi 300 años de historia
En 1732, la Cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu fundó el Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas, cuyo objetivo era acoger y proteger a las niñas, doncellas y damas viudas de la sociedad novohispana. Todavía hoy, el escudo del colegio resguarda esta historia, pues se conforma de los emblemas de las provincias de Guipúzcoa, Álava, Navarra y Vizcaya, con el escudo nacional mexicano al centro.

El edificio donde se encuentra el Colegio Vizcaínas es en sí un tesoro del barroco novohispano. El proyecto corrió a cargo de Pedro Bueno Basori. Sin embargo, tras su fallecimiento antes de empezar las obras, la construcción quedó en manos de Miguel José de Rivera Saravia, un maestro del barroco que también construyó otros edificios de la época en la ciudad.

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Josefa Ortíz: alumna del Colegio Vizcaínas
Contrario a lo que se suele pensar, Josefa Ortiz no nació en Querétaro ni en Morelia, sino en la Ciudad de México en 1768. Tras la muerte de sus padres cuando era muy jóven, su hermana María, al no tener los medios para sostenerla, tomó la decisión de enviarla a vivir como pensionista al Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas, donde estuvo matriculada aproximadamente dos años. De hecho, se dice que fue ahí donde conoció a Miguel Domínguez —que visitaba a la junta directiva del colegio—, quien eventualmente se convirtió en su esposo y en Corregidor de Querétaro.

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Colegio, venue y museo
Cabe destacar que el Colegio Vizcaínas sigue siendo una escuela que va desde el maternal hasta el bachillerato. Aunque el acceso no es libre, hoy alberga un museo con una gran colección de pinturas de artistas coloniales como Miguel Cabrera, José de Ibarra y Cristóbal Villalpando, así como objetos utilitarios y decorativos como tallas de caña, madera y marfil, bordados, instrumentos musicales, objetos litúrgicos y libros.


Sin embargo, su valor histórico y arquitectónico lo ha convertido en uno de los venues más exclusivos del Centro Histórico. El edificio, que ha sido declarado monumento histórico por el INAH, también está disponible para eventos como bodas, graduaciones, fiestas de 15 años y bautizos. Cuenta con distintos espacios que varían en tamaño y decoración, desde enormes patios rodeados de arcos de medio punto hasta una capilla barroca para un evento religioso más íntimo. El dinero se utiliza para solventar los gastos de conservación del edificio, así como para el programa de becas del Colegio Vizcaínas —el cual favorece aproximadamente al 60% de los estudiantes—.


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Dirección: Vizcaínas 21, Centro Histórico
Teléfono: 55 5512 4267
Sitio Web: eventos.vizcainas.mx