A tan solo dos horas desde la CDMX se encuentra este encantador refugio escondido entre árboles milenarios y jardines exuberantes –pensado idealmente para parejas–, que promete una experiencia única y muy relajante de fin de semana. Se trata de Amomoxtli, un hotel boutique en Tepoztlán fundado sobre lo que alguna vez fue una casa de descanso, y que hoy se ha convertido en una de las mejores opciones para disfrutar del pueblo en todo su esplendor.
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La experiencia comienza recibiéndote como en casa, en la casa principal, que funciona como un espacio para tomar una copa o café, ya sea en el bar, la biblioteca, la sala de estar o la terraza. Desde esta última podrás admirar el jardín principal donde encontrarás plantas endémicas de la región, como ahuehuetes o amates, una importante selección de cactáceas, buganvilias y hierbas que utilizan tanto para la cocina como para los tratamientos de spa y temazcal –punto a favor de la sustentabilidad del hotel–.
Después de atravesar un camino trazado por troncos, llegarás a una de las partes favoritas y más reconocidas de Amomoxtli, su piscina al aire libre, con una de las mejores vistas de la hermosa sierra del Tepozteco. ¿Lo mejor? El agua de esta piscina azul es templada (a 29°C) y cuenta con dos tinas de hidromasaje, así que no importa si el clima puede estar nublado, vas a disfrutar siempre esta parte del hotel. Además, cuenta con cómodas tumbonas para tomar el sol, un pool bar para consentirte con una buena Margarita o Aperol Spritz y servicio de alimentos durante el día.
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En cuanto a las habitaciones, cuenta con un total de 37 divididas en diferentes categorías y de las cuales solo 6 tienen camas dobles –el hotel está pensado idealmente para parejas–. Las más nuevas son las Suites Premium, en las que podrás disfrutar de un hermoso patio privado lleno de vegetación y una fogata, amplios espacios y una sutil decoración contemporánea de inspiración Tepozteca con detalles artesanales. Además, están equipadas con una deliciosa cama King Size, regaderas de lluvia y amenidades de baño orgánicas.
Otro de los mayores atributos es el restaurante del hotel, Mesa de Origen, que cuenta con un concepto propio que resalta los ingredientes de la región y la cocina tradicional. De esta forma, a través de recetas simples pero llenas de aromas y sabores llevan a la mesa platillos únicos que consienten estómago y corazón. Mesa de Origen es sin duda, una de las mejores opciones para comer en Tepoztlán–incluso si no eres huésped–, además de tener bellos espacios rodeados de vegetación (en la terraza) y detalles artesanales (salón principal) que complementan la experiencia.
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Algunas de nuestras recomendaciones son la pizza de pesto de flor de calabaza con calabacita criolla, queso de cabra y tomate deshidratado y el arroz meloso del estado de Morelos DO, con hongos silvestres, queso de cabra de Huitzilac y jamón curado de 3 Marías.
Para un momento de relax, está su Spa escondido entre una exuberante vegetación y junto a una corriente de agua y ceiba milenaria que llenan de una energía única este lugar. Cuentan con diferentes terapias, ceremonias, baños, limpias, temazcales, clases de yoga y de artes energéticas que te llevarán a sentir los beneficios energéticos del místico Tepoztlán.
Por si fuera poco, el hotel cuenta con el Programa Amomoxtli, una serie de actividades que se incluyen durante tu estancia para una experiencia más completa. Estas cambian cada semana –puedes checar la agenda directamente en su página web– y van desde clases de panadería, sesiones de automasaje, clases de yoga y meditación, recolección de hojas y flores para preparar infusiones, caminatas por el pueblo y más.
