Hablar de la historia de la Ciudad de México es hablar de un territorio que ha sido testigo de enormes transiciones. Generalmente, cuando hablamos de su fundación, nos referimos al surgimiento de la ciudad que ‘fundaron’ los españoles después de la conquista. No obstante, estas tierras ya estaban pobladas desde mucho antes, y las piedras de aquella antigua civilización se utilizaron para construir una nueva. Hace más de cinco siglos, mucho antes de que México fuera México y de que este valle estuviera cubierto de una densa y fascinante mancha urbana, ya existían los barrios más antiguos de la CDMX. Aquí te contamos un poco más.
Xoco
Si bien hoy en día es famoso por ser sede de la recintos culturales de la talla de la Cineteca Nacional, el Instituto Mexicano de la Radio y el Centro Cultural Roberto Cantoral, así como de megaproyectos de lujo como la Torre Mitikah, Xoco es uno de los barrios más antiguos de la CDMX. Es considerado uno de los Pueblos Originarios de la ciudad, pues su origen mexica está fechado en el siglo XIV, aunque los arqueólogos han encontrado restos de casas y edificios de estilo teotihuacano incluso del año 150 a.C. Hoy en día, forma parte de la alcaldía Benito Juárez, pero en la época prehispánica fue uno de los barrios del señorío de Coyoacán. Una de las construcciones más antiguas que podemos encontrar en esta zona es La Capilla de San Sebastián Mártir, la cual se erigió en 1663 como parte de los proyectos de evangelización de los franciscanos.
Chimalistac
El que hoy en día es una de las colonias residenciales más exclusivas en el sur de la ciudad, también es uno de los barrios más antiguos de la CDMX. Durante la época prehispánica fue un pequeño asentamiento perteneciente al señorío de Coyoacán, y a pesar de que conserva su nombre en náhuatl —el cual significa ‘lugar del escudo blanco’—, las construcciones más antiguas que se conservan y que todavía marcan la identidad de la zona son las que se erigieron con la llegada de los carmelitas. Con preciosas calles adoquinadas, puentes que hoy cruzan los camellones como en otra época cruzaron los riachuelos y la pintoresca Iglesia de San Sebastián Mártir, este barrio es uno de los más lindos para recorrer a pie e impregnarse de su encanto histórico.
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Mixcoac
¿Sabías que dentro de la capital mexicana hay cinco sitios arqueológicos que todavía se pueden visitar? Uno de ellos está en Mixcoac, uno de los barrios más antiguos de la CDMX. Aunque no se descubrió sino hasta mediados del siglo XX, su historia se remonta a la época teotihuacana, entre los años 400 y 600 d.C., para posteriormente ser habitada por los tepanecas hacia el año 1000. Eventualmente, se anexó a Tenochtitlan como provincia tributaria. Durante los primeros años de la colonia, los Dominicos se instalaron en la zona e hicieron del pueblo de Mixcoac la cabecera del territorio parroquial donde se desarrollaron barrios, haciendas y ranchos.
Popotla
La calle de Tacuba es la más antigua de la ciudad, pues su origen se remonta a la época prehispánica, cuando por aquí corría la calzada que conectaba México-Tenochtitlan con Tlacopan. El día de hoy, la avenida atraviesa la colonia Popotla, que es a su vez uno de los barrios más antiguos de la CDMX. Quizá el atractivo más famoso de esta zona sean los restos del ‘Árbol de la Noche Triste’, un enorme ahuehuete de más de cinco siglos donde, se dice, Hernán Cortés lamentó su derrota poco antes de la conquista española. Por supuesto, mucho ha cambiado a lo largo de los años, y pasear por sus calles es ser testigo de su vida de barrio y su fascinante historia.
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Tlatelolco
Si alguna vez has visitado la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología, seguramente habrás quedado fascinadx ante la espléndida maqueta del tianguis de Tlatelolco. Aunque el mercado como tal ya no existe, Tlatelolco es uno de los barrios más antiguos de la CDMX, fundado en el año de 1338 tras la separación de los Tenochcas —quienes habitaban Tenochtitlan— y los Tlatelolcas —quienes se establecieron en estas tierras más al norte—. Este pueblo gozó de independencia hasta 1473, cuando volvió a depender de Tenochtitlan, pero para entonces ya se había convertido en un importante centro económico y social.
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