Cuando hablamos de México como un país megadiverso, lo primero en lo que debemos pensar es en la infinidad de paisajes espectaculares que se pueden descubrir alrededor del territorio nacional. Las playas mexicanas son, sin duda, uno de los mayores atractivos que año con año atraen a miles de viajeros por sus aguas cálidas y vegetación exuberante. Quizá uno de los sitios más paradisíacos a lo largo de toda la costa del Atlántico sea Cabo Catoche, el punto de encuentro entre el Golfo de México y el Caribe, que además fue testigo de la primera llegada de los españoles al continente americano.
Para llegar a esta isla entre Yucatán y Quintana Roo, hay que tomar una lancha desde Cancún o desde Holbox, pues la selva es densa e imposibilita la llegada por tierra. De hecho, además de ser un sitio de tremendo interés para los entusiastas de la biología, este lugar también guarda un enorme valor histórico, pues fue aquí donde sentaron pie por primera vez los españoles liderados por Francisco Hernández de Cordoba en 1517.
Además de sus playas de arena fina bañadas por las aguas tranquilas y turquesas repletas de peces de colores e incluso mantarrayas que se pueden apreciar aún mejor mientras practicas snorkel, Cabo Catoche es popular entre lxs observadores de aves por la enorme variedad de especies que habitan esta tierra. Aunque aquí no hay hoteles ni restaurantes, es posible pasar el día en este lugar de la mano de alguno de los diversos tours que salen de varios hoteles de las inmediaciones, como el hotel Alcobas del Mar en Holbox.
Por otro lado, los aficionados de la historia amarán descubrir los vestigios de Boca Iglesia, un antiguo templo católico que, se dice, fue la primera iglesia de toda América que hoy se encuentra en ruinas pero todavía adivina su esplendor original. El camino para llegar a este lugar también es complicado y conviene hacerlo vía marítima, pero sin duda es un recorrido que vale la pena.
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