Guadalajara es una de las ciudades más importantes en el panorama financiero del país, una gran metrópoli que además de todo ofrece una vibrante vida cultural, excelentes ofertas gastronómicas, mucha vida nocturna y calles por las que es una delicia pasear por la tarde. En medio de la colonia Americana, uno de los barrios más trendy se encuentra Casa Habita, un hotel boutique en Guadalajara donde el pasado y el presente se fusionan con un diseño glamoroso y sofisticado que te hará sentir como en una película.
Empecemos hablando de la arquitectura, la cual moldea buena parte de la identidad de este hotel boutique en Guadalajara. Se trata de una casa de los años 40 que conserva muchos de sus elementos originales y que hoy aloja el lobby, el restaurante y el bar de Casa Habita. Sin darnos cuenta, este edificio se integra a través de un patio —ideal tanto para descansar como para cerrar algún negocio— con una torre contemporánea que alberga las 37 habitaciones y el spa.
Otro de los espacios destacables del lugar es la alberca en la terraza, con un pool bar para relajarse después de un día de paseo o trabajo. Por su parte, el restaurante de Casa Habita está enfocado en un menú de comfort food a base de ingredientes orgánicos, de temporada y locales. Durante tu estancia, no te olvides de visitar el spa, pues sin duda una de las grandes prioridades de este hotel boutique en Guadalajara es brindar una experiencia de lujo que supere tus expectativas. Ubicado en el piso más alto de la torre, cuenta con cabinas de masaje y tratamientos, sauna, vapor, zona de meditación y un área para hacer yoga al aire libre con vistas a toda la ciudad.
Pero la verdadera joya de la corona de este hotel boutique en Guadalajara es el diseño de interiores a cargo de Dimore Studio. Este proyecto busca crear una atmósfera única, acogedora sin perder en ningún momento ese estilo retro-futurista que combina líneas geométricas, acabados minimalistas con colores llamativos y algunos muebles que nos llevan de regreso a la estética vintage de distintas décadas del siglo XX, todo esto acompañado de enormes ventanales que le dan protagonismo a las vistas de la colonia Americana.
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