El mezcal es conocido por algunos como la bebida de los dioses. Se trata de un destilado de origen prehispánico que se elabora a base de distintos tipos de magueyes. Cuando alguien dice la palabra ‘mezcal’, es probable que se te vengan a la mente los agaves, la sal de gusano, naranjas y tardes con amigos en Oaxaca, pero ¿cuándo te has tomado el tiempo para analizar de cómo se ve, huele y sabe? Para convertirte en experto, los embajadores de Mezcal Creyente te comparten tres tips que debes seguir si te encanta este destilado.
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Para poder hacer una cata exitosa, se recomienda concentrarte especialmente en tres momentos y tres sentidos: vista, olfato y gusto.
Vista
Un buen mezcal debe de percibirse a simple vista como un líquido
cristalino, sin sedimentos.
Olfato
Para percibir su aroma, se recomienda servir en un vaso de boca amplia como el vaso veladora o una jícara, porque al ser una bebida de HAV (High Alcohol Volume) ayudarán a desvanecer ligeramente las notas alcohólicas.
Sirve un chorrito de mezcal en la palma de la mano y, con ayuda de la otra mano, procura esparcir el líquido hasta que se seque entre ambas palmas de las manos.
Lleva tus manos a la nariz e inhala profundamente, estos aromas son los que permanecerán en boca tras catarlo.
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Gusto
Primero
da un pequeño trago de mezcal para ir preparando tu paladar. Procura que este
trago pase por toda tu boca, es normal sentir un leve picor.
Exhala
fuertemente para sacar el bouquet del alcohol.
Vuelve
a tomar un pequeño trago, esta vez, procura dejarlo en la parte central de la
lengua durante unos segundos para hacer que el trago se temple, a la temperatura
de tu cuerpo. A esta temperatura el etanol se comenzará a evaporar, haciendo
más ligera la carga alcohólica y con ello intensificará el resto de los aromas.
Exhala sacando el aire por la boca, tomate un segundo para disfrutar de la permanencia de sabores.
Para verte como todo un profesional, solo tienes que seguir estos pasos y practicarlos para que te conviertas en el maestro mezcalero entre tus amigos.