El arte, como un lenguaje universal, tiene el poder de conectar a las personas, transformar espacios y fortalecer comunidades. El Colectivo Tomate, a través de su proyecto Ciudad Mural, ha demostrado este poder al convertir ciudades en lienzos gigantes que narran historias y celebran la identidad local. Mediante la creación de murales participativos, este colectivo ha revitalizado barrios, fortalecido el tejido social y promovido el orgullo por las raíces culturales, demostrando que el arte puede ser una herramienta poderosa para construir un futuro más justo y amoroso. Para lograrlo, se llevan a cabo talleres y reuniones con los habitantes para conocer sus historias y visiones, que son integradas en los diseños de los murales; luego un equipo de artistas trabaja en la creación de las obras, utilizando técnicas como el aerosol, el pincel y el esténcil. Aquí concentramos algunos de esos barrios mexicanos que se han convertido en lienzos de vida y color.
Te puede interesar: Todos piensan que es Colombia, pero este colorido barrio está en Pachuca
Copoya, Tuxtla Gutiérrez
Al sur de Tuxtla Gutiérrez, en la meseta de Suchiapa, se encuentra Copoya, un pueblo que ha sido transformado en un museo al aire libre gracias a la iniciativa Ciudad Mural Tuxtla. Este proyecto ha embellecido las calles de Copoya con coloridos murales que plasman la rica historia y las costumbres de los zoques, una de las culturas indígenas más importantes de Chiapas. En este proyecto colaboraron 21 artistas, 40 voluntarios y 12 familias que pintaron un total de 29 murales que suman 1,351 metros cuadrados. Cada mural se construyó con la historia personal de las familias de la comunidad, desde leyendas ancestrales hasta escenas de la vida cotidiana en Copoya. También se incorporaron símbolos y elementos representativos de sus costumbres y tradiciones. Los murales están llenos de colores vivos que reflejan la alegría y la vitalidad de la cultura zoque. Gracias a sus murales, Copoya se ha convertido en un destino turístico más conocido, no te pierdas la oportunidad de visitarlo.
La Paz, Baja California
Al igual que en Copoya, Ciudad Mural La Paz es el resultado de la colaboración entre artistas, organizaciones locales y la comunidad. El objetivo principal fue revitalizar el espacio público y crear un sentido de orgullo y pertenencia entre los habitantes. Los murales en La Paz están fuertemente inspirados en el mar de la Isla Espíritu Santo, la pesca como uno de los principales oficios, y la rica biodiversidad marina que caracteriza a la región. Desde ballenas y tortugas marinas hasta pescadores y embarcaciones, el mar es el protagonista indiscutible de las pinturas. Así, 26 murales se encuentran dispersos por diferentes zonas de la ciudad, aunque se concentran principalmente en el centro histórico. La idea de esta distribución es que al caminar por las calles de La Paz, te encuentres con estas obras de arte de manera inesperada, convirtiendo cada recorrido en un asombroso descubrimiento.
Tlajomulco, Guadalajara
Este proyecto artístico ha transformado el paisaje urbano de Tlajomulco, en particular la delegación de Cajititlán, en una galería al aire libre inspirada en las historias y los sueños que compartieron los habitantes de esta comunidad. Los murales narran la historia de Cajititlán, desde sus orígenes hasta la actualidad, incluyendo aspectos como la pesca, la agricultura y las tradiciones locales. El trabajo de 26 artistas, y la colaboración de 38 familias, dieron como resultado 43 espléndidos murales que se encuentran distribuidos por todo el pueblo de Cajititlán, especialmente en la zona del centro histórico y alrededor de la laguna. La paleta de colores no se eligió al azar, se usaron colores cálidos que reflejaran la alegría y la vitalidad de la comunidad; tonos tierra para conectar con la naturaleza y la historia del lugar, y el azul para representar la laguna de Cajititlán. Observar de cerca las obras te permitirá apreciar los detalles y las técnicas utilizadas.
Cerro de Altamira, Nuevo León
En las calles Río Nazas y Niño Artillero, en un recorrido que conecta al Cerro de Altamira con el Cerro de la Campana, nace Ciudad Mural Monterrey. Un ambicioso proyecto artístico en el que participaron 90 familias y 55 artistas que trazaron 94 murales. Gracias a este trabajo renació la confianza entre la comunidad que volvió a salir de sus casas para mirarse, reconocerse y reapropiarse de su poder individual y colectivo. En los murales se retratan escenas de la vida diaria de los habitantes de Altamira, como familias reunidas, niños jugando, personas trabajando en sus oficios tradicionales, mercados locales, fiestas y celebraciones. Se plasman momentos clave de la historia del barrio, como la llegada de los primeros pobladores y el desarrollo industrial. También hay elementos naturales característicos de la región, como el Cerro de la Silla, la Sierra Madre Oriental, la flora y la fauna local, se incluyen animales de la región, como el venado, el coyote, el águila real, así como diversas especies de plantas y flores, como el nopal, el maguey, el maíz y otras plantas endémicas. Los murales de Altamira suelen combinar diferentes estilos artísticos, desde el realismo hasta la abstracción, pasando por el muralismo mexicano y el arte urbano contemporáneo. Los colores vibrantes y las composiciones llamativas transformaron las calles de Altamira en un espacio más agradable para los turistas y locales.
Tlacuitlapan, Zacatecas
La Ciudad Mural en Zacatecas es un proyecto artístico que ha transformado el paisaje urbano del barrio de Tlacuitlapan. El proyecto ha dejado una huella imborrable en la comunidad, revitalizando espacios públicos y fortaleciendo la identidad local. Los murales rinden homenaje a las tradiciones zacatecanas, como el baile de los matlachines y la rica gastronomía de la región. También narran historias de la tradición minera de sus comunidades; rescatan la tierra roja y las piedras preciosas que en ella se esconden. En las pinturas se aprecian noches iluminadas con faroles cálidos y estrellas; son cielos azul profundo, enchiladas zacatecanas, tunas y nopales verdes. Para este proyecto participaron 38 familias y 26 artistas que pintaron 30 murales que dieron un total de 1,419 metros cuadrados llenos de vida y color. La Ciudad Mural de Zacatecas se ha convertido en un atractivo turístico, atrayendo a visitantes interesados en el arte urbano y la cultura mexicana.