La gastronomía mexicana a menudo es considerada como una de las mejores del mundo. Y no es para menos, pues su cocina alberga un sinfín de platillos que honran los sabores e ingredientes de México. Tal como sucede con el mole o ‘chilmulli –en náhuatl–,que en español significa ‘salsa de chile pimiento’. Este plato de origen prehispánico se modificó durante la época colonial y a la fecha existen hasta 50 variedades, entre ellos el negro, el verde y el coloradito por mencionar algunos. Si no sabes dónde probar sus mejores versiones, aquí te compartimos algunos de Pueblos Mágicos con el mejor mole del país.
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Mitla, Oaxaca– Mole negro, rojo y amarillo
A tan solo una hora del Centro Histórico de Oaxaca, se localiza el Pueblo Mágico de Mitla. Una comunidad habitada por zapotecos y mixtecos. Su nombre proviene del náhuatl ‘Mictlán’, que significa ‘El Valle de los Muertos’. Este destino destaca por albergar una de las zonas arqueológicas más importantes de México, como la Zona de Mitla y la Columna de la Vida, que destaca por sus piedras labradas. A sus alrededores hay palenques y fábricas artesanales de mezcal, así como restaurantes para probar platos típicos. Entre ellos lo más rico que probarás se encuentra el mole amarillo, negro, rojo y verde, que usualmente acompañan con pollo o cerdo.
Cholula, Puebla– Mole poblano, mole verde y manchamanteles
Considerada como la ciudad más antigua de América, Cholula se ha convertido en uno de los destinos con más historia, cultura y tradición. Su nombre proviene del náhuatl ‘cholollan’ y significa ‘agua que cae en el lugar de escape’. Su arquitectura está dividida por los asentamientos de la época prehispánica y la conquista. Entre sus principales atractivos destaca la pirámide de Cholula, dedicada al dios Quetzalcóatl, el ex-convento Francisco de San Gabriel, el Museo Regional de Cholula, el Jardín Etnobotánico y el Museo de Talavera Alarca, entre otros. Su gastronomía enaltece al mole poblano, verde y manchamanteles –un guiso elaborado con chiles secos, piña, jícama y plátano macho–.
Huamantla, Tlaxcala– Mole Prieto
Muy cerca de la CDMX –a solo 2 horas y 10 minutos– se encuentra Huamantla, un pueblo en Tlaxcala que se caracteriza por albergar 21 zonas arqueológicas. Entre sus principales atractivos destacan el Ex Convento de San Luis, la Capilla Abierta de San Luis, el Templo del Señor del Desposo, la antigua Casa Cultural y el Palacio Municipal, entre otros. También es considerado uno de los Pueblos Mágicos con el mejor mole, pues ahí se prepara el mole prieto, un platillo que era considerado una especie de ritual para Toci –la diosa de los textiles y la salud–. Este se prepara con chile chipotle, pasilla, pimientas, clavo y ajonjolí tostado. Se acompaña con cerdo, pollo e incluso guajolote.
Capulálpam de Méndez, Oaxaca– Mole negro y amarillo
Desde que se unió al Programa de Pueblos Mágicos en 2007, Capulálpam de Méndez ha sido uno de los destinos más sorprendentes de México, sobre todo porque se encuentra anclado sobre la Sierra Norte de Oaxaca y destaca por sus casas de adobe, techos de tejas y calles adoquinadas. Entre sus principales atractivos es importante mencionar el Templo de San Mateo Apóstol, el Parque Recreativo Los Molinos, el Mirador de la Cruz Blanca y el Cerro Pelado. Además, es otro de los Pueblos Mágicos con el mejor mole, que se distingue por su exquisito mole negro y amarillo, este último se pinta de ese color por estar hecho con chilhuacle amarillo. Ambos suelen acompañarse de pollo, cerdo y arroz.
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Atlixco, Puebla– Mole verde y mole poblano
En un viaje corto por carretera –2 horas–, saliendo de la CDMX, se encuentra uno de los pueblitos más coloridos y con encanto de México. Se trata de Atlixco, en Puebla, un destino que parece estar resguardado por el volcán Popocatépetl y otros grandes atractivos como el Ex Convento del Carmen, el Mirador Cerro de San Miguel, Mercado Benito Juárez, y la Iglesia de la Natividad, por mencionar algunos. De ahí también destaca su gastronomía, especialmente su mole verde y poblano –platillo que data de la época prehispánica–, elaborado con chile ancho, mulato, pasilla, chipotle, chocolate, nuez, pepitas, almendra y ajonjolí, entre otros ingredientes.
San Pedro y San Pablo Teposcolula, Oaxaca– Mole negro, mole amarillo y manchamanteles
Ahí, el mole negro, amarillo y manchamanteles son el el plato principal, indiscutiblemente se acompaña con pollo o cerdo, en ocasiones se sirve con arroz y se complementa con ricas tortillas. Este destino es un imperdible por sus calles adoquinadas, hermosos paisajes y grandes montañas que le otorgan cierto misticismo. Entre sus principales sitios turísticos se encuentra la Casa de la Cacica, la plazuela Arvea, El Alarcón, el Mirador La Peña y Las Nubes, entre otros.
Chignahuapan, Puebla– Mole poblano y mole verde
Ubicado en la Sierra Norte de Puebla, este Pueblo Mágico es considerado como uno de los mejores destinos para probar mole. Especialmente el mole poblano y el mole verde, ambos platos muy representativos de la cocina del estado. Además de probar la gastronomía, vale la pena disfrutar de sus cascadas, aguas termales y lagunas. Si vas durante octubre, noviembre o diciembre, no olvides comprar esferas navideñas, ya que ahí son especialistas en la creación de este objeto decorativo.