Ubicado en el Pueblo Mágico de Izamal en Yucatán, Casa de los Santos es uno de los hoteles más bonitos de la también conocida ‘ciudad amarilla’, ya que fusiona la magia y el encanto de aquella ciudad de la península en cada uno de sus rincones y amenidades. Es un lugar lleno de belleza, historia y misticismo que busca mantener en sus huéspedes las mejores experiencias posibles.
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Para llegar a este recinto se tiene que caminar por sus calles empedradas, echar un vistazo a sus postes de luz de hierro y sus edificios coloniales que, bajo la luz del sol cautivan el tono amarillo dorado de sus paredes. Izamal es considerada la ciudad más antigua de Yucatán, y es el hogar de cinco pirámides que sirven de monumentos históricos. Por tal motivo Casa de los Santos quiso fusionar estos elementos dentro de sus techos y paredes, contemplando su historia y modernidad.
Casa de los Santos: un estilo contemporáneo
De los aspectos que más enamoran en este mágico hotel, perteneciente a la cadena hotelera Coqui Coqui, es su estilo contemporáneo que se combina con elementos clásicos de la península de Yucatán. Desde la simplicidad de su flora y fauna hasta el folclore indígena. También se aprecia el edificio colonial restaurado con auténticos frescos de pared, algunos tapices antiguos y baldosas ornamentadas de estilo maya.
Un reconfortante espacio al aire libre
Uno de los espacios que más se destacan dentro Casa de los Santos, es su patio al aire libre que cuenta con una piscina de inmersión, en la cual podrás nadar y documentar tu día a día al más estilo travel blogger. El hotel también cuenta con una terraza y un concepto de cocina abierta rústica que está enmarcada por arcos y columnas de madera, brindando ese toque acogedor como si se estuviese en casa.
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Un boticario de ensueño
Al igual que otras residencias pertenecientes al grupo hotelero Coqui Coqui, Casa de los Santos cuenta con su propio boticario y perfumería que exhibe una amplia colección de perfumes y fragancias para el hogar, aceites y velas.
Residencias que evocan a los antiguos mayas
Al igual que el concepto del hotel, las habitaciones cuentan con una historia propia. Una de las suites se encuentra junto a una antigua pirámide maya -la civilización más importante de esta región- todo pensado para que el huésped viva una experiencia más real y auténtica de lo que es Izamal. También ofrecen un servicio de spa y en su web están a la venta las esencias y perfumes, además de hamacas y marroquinería hechas por artesanos mexicanos.
No hay duda de que este lugar se convertirá en un refugio para aquellos exploradores de la zona o para los amantes viajeros que desean conocer esta encantadora ciudad que fue visitada por el Papa Juan Pablo II, en 1993.
