Con más de 11,000 kilómetros de costa, México no solo tiene montones de playas paradisíacas, sino también preciosos malecones para caminar junto al mar. El más largo de ellos es el malecón de Mazatlán, pero más allá de su impresionante extensión de 21 kilómetros, este sendero se ha convertido en uno de los principales atractivos del destino gracias a que es la ruta ideal para conocer las mejores playas, restaurantes, hoteles y atracciones de Mazatlán.
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Las nueve secciones del malecón de Mazatlán
En realidad, los 21 kilómetros del malecón de Mazatlán están divididos en nueve secciones, iniciando en la zona del Centro Histórico y hacia el norte en paralelo al mar. El recorrido inicia en ‘La Puntilla’, y se extiende hasta llegar a El Faro —con un mirador de cristal desde donde podrás admirar las vistas más alucinantes mientras el sol se sumerge en las aguas del Pacífico. Después, se prolonga por el Paseo del Centenario, Olas Altas, el Paseo Claussen, la Avenida del Mar, Camarón y Sábalo, hasta llegar a Cerritos.
Qué hacer cerca del malecón de Mazatlán
Además de ser el malecón más largo de México y uno de los más largos del mundo, el malecón de Mazatlán es una ruta llena de vida, popular para pasear tanto para los turistas como para los locales. Y es que en realidad, si caminas por este camino, podrás descubrir algunos de los rincones más emblemáticos de la ciudad. Por supuesto, te recomendamos iniciar en el Centro Histórico, admirar la arquitectura y visitar la Plaza Machado, el teatro Ángela Peralta y el kiosco del jardín central. Si viajas con familia, no se pueden perder el Gran Acuario de Mazatlán, pues es el más grande de Latinoamérica y uno de los más modernos de México. Por su parte, si tus vacaciones son a finales de febrero, asegúrate de no perderte el Carnaval.
Para lxs amantes de las experiencias ecoturísticas, a lo largo del malecón de Mazatlán encontrarás varias playas perfectas para practicar deportes acuáticos como kayak o buceo, pero si quieres algo un poco más intrépido, incluso puedes visitar alguna de las islas cercanas a la costa: la Isla de los Venados, la Isla Pájaros y la Isla Lobos. Incluso si no visitas las islas, hay puntos a lo largo del malecón desde donde se pueden ver —y fotografiar— las tres.
Por supuesto, en el malecón de Mazatlán no batallarás para encontrar dónde comer, pues no por nada los mariscos estilo Sinaloa se han ganado fama a lo largo de todo el país —aguachile, tacos de marlin, tostadas de ceviche, tamales de camarón, chicharrón de calamar, por mencionar solo algunos—. Finalmente, Mazatlán es el destino para bailar al ritmo de la música de banda, sobre todo en las playas.
La historia del malecón de Mazatlán
Esta ruta, que hoy en día constituye uno de los malecones más bonitos para caminar en México, no nació como un andador para pasear junto al mar. En realidad, en la primera mitad del siglo XIX, el malecón se concibió más bien como un dique para contrarrestar los problemas de inundaciones de la ciudad. Llama la atención que la primera sección que se construyó no fue en la que ‘inicia’ el recorrido hoy en día, sino Olas Altas, que además fue uno de los primeros espacios en la ciudad con alumbrado público.
A lo largo de los años, el malecón de Mazatlán ha atravesado numerosas intervenciones y remodelaciones para ampliar y modernizar este ícono del destino. Una de las más importantes, en 1910, cuando se construyeron el Paseo del Centenario y el Paseo Claussen, en el marco de las celebraciones del centenario de la independencia. En 2017, se remodeló la avenida para colocar concreto hidráulico, eliminar el estacionamiento central y se colocó una ciclovía.
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