Cuando vas a un restaurante de cocina sonorense tienes dos cosas como garantía: mucha variedad y cortes de excelencia; pero en Mochomos, no solo encontrarás eso, sino que podrás disfrutar de platillos abundantes, cargados de creatividad, con una presentación digna de fotografiar y una irresistible mezcla de sabores que pasan por lo salado hacia lo ácido y lo picante, para llenar de personalidad a cada una de sus creaciones. Todo sin descuidar la calidad de su producto, el cual destaca por su frescura y por ser cuidadosamente seleccionado para satisfacer a los paladares más exigentes de la zona.
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Por si fuera poco, su oferta de tragos y mixología es extensa –sin importar si tienes antojo de vino, de un buen whisky o de un cóctel dulce–. Siempre encontrarás una opción que se adapte a tus preferencias.
El ambiente de Mochomos es de aquellos que te dan pie a quedarte durante horas, ya sea cerrando un negocio importante, recordando tus anécdotas más entrañables con amigos o incluso charlando durante horas con tu pareja mientras celebran una ocasión especial. Tanto su terraza como el interior del local ofrecen espacios acogedores y elementos como madera para darle ese acento acogedor tan buscado por los comensales, siempre manteniendo su estilo sofisticado y elegante al mismo tiempo.
Durante tu visita, tienes que empezar con la entrada tradicional de la casa y misma que inspiró el nombre del restaurante: Los Mochomos, una carne deshebrada frita con cebolla que llega a tu mesa sobre una piedra de mezquite. La sirven con tortillas de harina, aguacate y ‘aguamole’ para que te prepares tus tacos.
Posteriormente, te recomendamos probar su sopa de tortilla, que acompañan con crema, aguacate, fondo de res, queso chihuahua y chipotle. Es sumamente reconfortante y perfecta para aquellos días en los que tienes ganas de un sabor muy casero.
Una vez terminados los platillos anteriores, la sugerencia es que pruebes sus láminas de filete marinadas en salsa oriental sobre piedra caliente. Llegan crudos a tu mesa con el fin de que tú elijas el grado de cocción de tu carne. Te entregarán unas pinzas para que coloques tu trozo en el calor, lo que hace la experiencia bastante divertida. La carne es espléndidamente suave.
Los protagonistas de la cocina sonorense son en definitiva los buenos cortes, y por ello no te puedes ir de Mochomos sin probar el rib eye marinado durante 24 horas en salsas negras –debemos hacer una pausa para comentarte que estas pertenecen a las más de 13 salsas secretas que solo conocen los chefs de estos restaurantes–. La carne la sirven con una cabeza de ajo al horno y la traen justo en el término que la pidas, ni más ni menos. Te recomendamos que la pidas término rojo o medio para disfrutar al máximo de los sabores y características de la carne.
Para finalizar, ordena un Mostachón de Nutella, un pastel helado de vainilla con Nutella sobre base de galleta elaborada con almendra y nuez. Como topping, le espolvorean cereales, nuez y más Nutella, para que el resultado sea un pedazo de paraíso en el paladar.
Mochomos es un templo dedicado a servir comida golosa, cortes de excelencia y platillos que destacan por su gran calidad y sabor. El resultado es un festival de sabores que te transportará al norte del país con cada bocado.
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