Aunque seductor y fascinante, el mundo del arte contemporáneo muchas veces puede resultar intimidante, sobre todo cuando se trata del mercado del arte. Existen ideas respecto a las ferias y las galerías que muchas veces disuaden al público, como la creencia de que debes ser un experto para siquiera acceder a estos espacios, o que lo único que podemos esperar al preguntar por el precio de una obra son números exorbitantes. No obstante, existen varios proyectos que buscan contrarrestar estas ideas y crear ambientes más relajados para que las personas puedan disfrutar, dialogar y descubrir libremente. Tal es el caso de Mooni Gallery, una galería de arte contemporáneo que propone un nuevo modelo de accesibilidad y diversidad en estos espacios.
Un gran salón para una gran diversidad artística
Lo primero que llama la atención al entrar a Mooni Gallery es la disposición de las obras: muros cubiertos de piso a techo con las obras más variadas, con distintos tamaños, estilos, temáticas y formatos. Cada espacio celebra la diversidad artística y aquí conviven pintura, escultura, fotografía, ilustración, collage, arte textil y digital. La galería colabora con más de 50 artistas, la mayoría mexicanos y casi todos latinoamericanos —aunque la filosofía decididamente inclusiva de Mooni Gallery abre las puertas a artistas emergentes de todas las latitudes—.
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Su criterio curatorial desprejuiciado deja un poco de lado la trayectoria y se enfoca más bien en hacer una selección de lo más relevante y provocador en el panorama del arte emergente. Así, en sus muros conviven obras de artistas que apenas van empezando con las de figuras más consolidadas que no obstante buscan seguir desafiando los límites. Y es que uno de los principales compromisos de Mooni Gallery es empoderar a lxs artistas desde el principio de sus carreras, dándoles visibilidad y reconocimiento.
De manera bimestral, Mooni Gallery organiza exposiciones en solitario en las que la parte frontal del local se destina exclusivamente a mostrar la obra de un solo artista, quienes gozan de total libertad para compartir su trabajo y su discurso. Después de diez días, estas exhibiciones se desmontan y el espacio retorna a su identidad plural.
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Abrazar al coleccionista que traemos dentro
Cuántas veces no hemos pensado, consciente o inconscientemente, que para comprar una obra de arte es necesario ser un coleccionista con un gran capital en nuestra cuenta bancaria. Mooni Gallery no solo busca empoderar a lxs artistas, sino también a todo aquél que sienta la más ligera afinidad con el arte. La elección de crear un gran salón a modo de collage no es incidental: así, envueltos entre muros cubiertos de arte, podemos sentirnos libres de explorar y descubrir a nuestras anchas, y así crear una conexión sensible y directa con el arte.
Si hay un miedo que muchas veces nos impide siquiera imaginar llevar una obra de arte a casa, es el terror a preguntar cuánto cuesta. En Mooni Gallery no hay fichas técnicas que nos revelen el autor, la técnica ni tan siquiera el título de la obra —toda esta información la puedes obtener preguntando directamente al personal—, pero si te fijas en el costado de cada cuadro, encontrarás una pequeña etiqueta con el precio. Así nos evitamos momentos incómodos. Aunado a esto, la diversidad a la que aspira esta galería de arte contemporáneo también implica mantener un rango de precios lo más variado posible, de modo que su catálogo va de los $800 hasta los $300,000.
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El proyecto y los espacios
Mooni Gallery nació hace tres años como un proyecto de la dupla de diseñadores Teodoro Moya y Andrea Monroy, quienes venían más bien del mundo de la moda —con las tiendas Cardón y Columpio— y deseaban expandir sus horizontes para impulsar el trabajo de artistas multidisciplinarios. Desde el inicio, los esfuerzos se concentraron más en crear una comunidad artística que en aprender las reglas que rigen el circuito del arte. Así pues, este proyecto es rebelde no porque busque ir en contra de los estándares, sino más bien porque ha querido forjar su propio camino a partir de sus propias inquietudes y necesidades. Hoy en día, Mooni Gallery cuenta con dos espacios, uno en la Condesa y otro en la Roma.
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