Todo lo que nos gusta de La Marquesa está en uno de los bosques menos conocidos del sur de la CDMX. Se llama Parque Nacional Fuentes Brotantes y, aunque muchos lo pasan por alto, tiene todo para ser un oasis boscoso: árboles centenarios, una laguna, senderos para caminar, espacios verdes para hacer un picnic y hasta los clásicos puestecitos de antojitos mexicanos. Al igual que La Marquesa, Fuente Brotantes te conecta con la naturaleza pero sin necesidad de salir de la CDMX. Está en plena alcaldía Tlalpan y, con su aire limpio, su tranquilidad y su entorno enfocado en la conservación de la biodiversidad, es ideal para desconectarte de todo.


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Fuentes Brotantes, el oasis que ha resistido al paso del tiempo
Este rinconcito verde tiene más historia de la que imaginas. En 1936, el entonces presidente Lázaro Cárdenas lo declaró Parque Nacional con el objetivo de proteger los manantiales que brotan desde las faldas del Ajusco y que alimentan el lago que aún hoy es el corazón del parque. Antes de eso, todo esto formaba parte del antiguo rancho Tochihuitl, un lugar lleno de vegetación, árboles frutales y hasta una cascada. Incluso el agua de los manantiales se usaba para mover una máquina de vapor en una fábrica textil del siglo XIX. En aquel entonces, Fuentes Brotantes abarcaba 129 hectáreas y contaba con 16 manantiales. Hoy, lamentablemente, quedan solo unas 8 hectáreas debido al crecimiento urbano, pero aún así, el parque sigue siendo un oasis natural que aporta muchísimo a la ciudad. Contribuye a infiltrar el agua, controla la erosión y conserva especies nativas. Es un verdadero pulmón del sur de la CDMX que merece ser cuidado y que todavía podemos disfrutar.


Un bosque lleno de vida al sur de la ciudad
Lo que hace único a Fuentes Brotantes son, como su nombre lo indica, los manantiales que brotan desde las faldas del Ajusco, alimentando el lago cristalino que es el corazón del parque. Este lago está lleno de vida: podrás ver patos, cisnes, tortugas y peces nadando tranquilamente, lo que lo convierte en un gran atractivo, sobre todo si vas con niños. Algunas especies fueron introducidas, pero otras son nativas y forman parte del ecosistema que aún se conserva. A su alrededor, hay caminos y senderos bien señalizados que te invitan a caminar entre cedros, eucaliptos, encinos, pinos y ahuehuetes. También es posible ver aves como colibrís, tordos y pájaros carpinteros, así como salamandras y lagartijas. Cerca de la entrada encontrarás la Plaza Cívica Morelos, con un pequeño foro donde se hacen eventos culturales.


Juegos, garnachas y aire puro: un día en Fuentes Brotantes
Además de ser un espacio natural encantador, Fuentes Brotantes tiene todo para pasarla bien sin complicaciones. Hay un área de juegos con columpios y resbaladillas para los más peques, una zona con barras para hacer ejercicio y hasta un rincón para observar aves. Si te da hambre, y te va a dar, no te preocupes: más adentro está el Mercado de Comidas, un área con fonditas entre árboles donde puedes probar garnachas, gorditas, quesadillas, tacos y otros antojitos tan buenos como los de La Marquesa. También hay baños y estacionamiento gratuito. Si lo que buscas es un plan tranquilo, sin prisas, aire limpio y mucha naturaleza, Fuentes Brotantes es ese secreto bien guardado del sur de la CDMX que necesitas conocer.
Dirección: Camino Fuentes Brotantes 91, Fuentes Brotantes, Tlalpan


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