Hace más de 15 años, abrió sus puertas un rinconcito frente a un parque en Coyoacán, del cual emanaba un olor a pan y té tan delicioso que pronto se convirtió en uno de los spots favoritos entre los vecinos de la zona para ir a desayunar o a pasar la tarde. La Ruta de la Seda fue desde el inicio una panadería artesanal y orgánica comprometida con el uso de harinas orgánicas, el comercio justo y las prácticas sustentables, con un menú variado y reconfortante que conjuga los sabores más clásicos de la panadería tradicional mexicana con otras técnicas e ingredientes de cocinas internacionales. Desde siempre, el matcha ha sido uno de los protagonistas de la cocina de La Ruta de la Seda, y si todavía no descubres todos sus panes y postres de matcha, te estás perdiendo de algo.
La Ruta de la Seda cuenta ya con tres sucursales en la CDMX, dos en Coyoacán y una en Polanco, y cada una ofrece un ambiente y un diseño muy distinto, pero todas con una atmósfera apacible perfecta para ir a leer o para reunirte con amigxs. En sus vitrinas encontrarás los panes y pasteles más suculentos que comienzan a hacer su magia sensorial desde la vista. Vale la pena destacar que gran parte del juego de texturas, aromas y sabores es producto del uso de harinas alternativas y endulzantes orgánicos, como la miel de abeja y de agave, lo cual se mantiene constante también en su panadería de matcha.
Para empezar, no podemos dejar de recomendar el matcha latte, endulzado con agave orgánico para balancear las notas más amargas de este polvo de té verde. Aunque puede variar según la leche que elijas, en general esta es una bebida cremosa y con bastante cuerpo. Si este ingrediente es tu adicción, te recomendamos acompañar tu bebida con un pan de la casa, como la concha de matcha, el turbante de té verde o el choux de matcha, que se sirve en frío para saciar los antojos ‘monchosos’ de estos días calurosos. Otro de los productos que se preparan en La Ruta de la Seda y que conserva este té verde como uno de sus ingredientes clave son los chocolates. Sin duda, las trufas de matcha son un must que amenazan con convertirse en la nueva adicción de todo aquel que las pruebe.
Para la tarde, en La Ruta de la Seda se preparan postres de matcha dignos de aplausos. El emblema y orgullo de la casa es el pastel Kioto, un clásico de la repostería nipona, inspirada en los colores de esta ciudad. Una opción de esencia francesa que nos encanta por su frescura y sutileza es el clásico Fraisier Jade, con crema muselina de matcha, fresas orgánicas y mazapán de té verde. Por otro lado, el milhojas de matcha, que como siempre, da en el clavo en cuanto al juego de texturas. Todos estos productos se pueden encontrar en su presentación individual en cualquiera de sus sucursales, pero también es posible pedirlos en su formato para compartir para llevar estos pasteles a todas tus reuniones.
Como era de esperarse, cada año La Ruta de la Seda nos consiente con dos clásicos de temporada que, a estas alturas, ya se han convertido en una tradición para muchos de sus clientes. En primer lugar, la Rosca de Reyes rellena de crema de matcha, la cual lleva más de una década en el menú durante los primeros días del año. Por supuesto, el otro especial de temporada es el pan de muerto, relleno también con esta mezcla para darle un giro único a este pan emblemático del Día de Muertos.
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