Para esos días de caos y ajetreo que invitan a la desconexión rápida y cerca de casa, no hay nada mejor que una visita a los Pueblos Mágicos más bonitos de México que, además de estar muy cerca de la ciudad, cuentan con historia, cultura, tradición y gastronomía. En Food and Pleasure presentamos una selección de los 7 pueblitos para visitar a tan solo dos horas de la capital. ¡Conoce y disfruta!
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Valle de Bravo, Estado de México
En el 2005, Valle de Bravo se incorporó al programa de Pueblos Mágicos y fue tal la belleza de sus calles empedradas, su lago y su vegetación que lo hizo merecedor de aparecer en estas listas. Este sitio se ha convertido en uno de los preferidos por los capitalinos ya que se encuentra a tan solo dos horas de la ciudad. Su atmósfera es única, al igual que su arquitectura, clima y hermosos paisajes. Entre sus principales atractivos destacan el Museo Arqueológico de Valle de Bravo, el Parque Ecológico Velo de Novia, La Peña del Príncipe, el mercado de artesanías y el templo de Santa María Ahuacatlán. Aquí se puede disfrutar de un paseo en velero o sobrevolar el pueblo desde un parapente.
Ixtapan de la Sal, Estado de México
Desconectar para conectar, o al menos es así como se distingue este Pueblo Mágico. Su ubicación y clima perfecto lo han posicionado como el destino favorito para todos aquellos que buscan un momento de introspección y desconexión de la rutina. Ixtapan es famoso por sus parques acuáticos, spas y aguas termales, pero también por las diferentes actividades que allí se realizan-como servicios de masajes y fisioterapia-. Entre los imprescindibles se encuentran la Cascada El Saltito, la Iglesia de Asunción de María, Museo Arturo San Román, entre otros.
Tepoztlán, Morelos
Probablemente este sea uno de los Pueblitos Mágicos más bonitos de la república mexicana, debido a sus imponentes vistas que abraza el cerro del Tepozteco, ya sea que se mire desde abajo o desde la cima. Su espíritu místico y buen clima, han hecho de este destino un clásico por excelencia. Caminar por sus calles resulta una experiencia única, mientras observas sus restaurantes y sus principales artesanías. Cada rincón de aquí está lleno de aventura. Para los más intrépidos subir el Tepozteco es todo un reto, pero llegar a la cima y ver la pirámide bien vale la pena. Otros de sus atractivos son: el tianguis de artesanías, el Templo y Ex Convento de la Natividad y el Museo Carlos Pellicer.
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Bernal, Querétaro
Es inevitable no nombrar este mágico pueblito ubicado en Querétaro. Aquí la vida parece detenerse para apreciar las maravillas de este lugar. Su atractivo, La Peña, es el tercer monolito más grande del mundo y, alrededor de él se cuentan historias como aquella que dice que provee de vitalidad a sus pobladores. Para disfrutar no hay nada mejor que ver un amanecer en La Peña o visitar sus calles del centro, también el Museo de la Máscara, El Castillo y algunos viñedos que están por la zona. No hay que olvidar el degustar los antojitos locales y los dulces Bernal.
Tepotzotlán, Estado de México
Fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO gracias a su riqueza histórica y cultural por sus edificaciones y su arquitectura colonial. Su belleza también radica en sus paisajes naturales como presas y manantiales. Caminar por sus calles amerita apreciar cada rincón de este pueblo, pues entre sus principales atractivos se encuentran la Iglesia de San Pedro Apóstol-catalogada como uno de los templos más hermosos debido a su arquitectura-, el Museo Nacional del Virreinato, el Manantial del Ahuehuete y el Acueducto de Xalpa. También se recomienda disfrutar de su gastronomía prehispánica y su plaza de las artesanías.
Huasca de Ocampo, Pachuca
Una parada obligada en Pachuca, Hidalgo, es su Pueblo Mágico Huasca de Ocampo o Huasca como es mejor conocido. Este fascinante y misterioso sitio llama la atención por la supuesta aparición de duendes y sus Prismas Basálticos-formaciones rocosas de cinco o seis caras, formadas por el enfriamiento de lava-. Su perfecta ubicación entre bosques y barrancas, tiene mucho que ofrecer para disfrutar de actividades al aire libre, como son los paseos en motoneta, vuelos en globo y tirolesas. Para caminar y conocer, la Parroquia de San Juan Bautista y la Hacienda de Santa María Regla son las más visitadas y apreciadas por los turistas.
Taxco, Guerrero
Con sus calles empedradas y su arquitectura barroca por doquier, Taxco ha demostrado que es mucho más que solo un pueblo bonito. Este lugar se ha convertido en el punto de referencia para la compra, venta y exportación de la plata, un recurso que sigue vigente entre sus pobladores como su principal fuente de empleo. Uno de sus principales atractivos es la Iglesia de Santa Prisca, construida con talavera rosa, el Museo de Arte Virreinal, su Mina Prehispánica, las Grutas de Cacahuamilpa y el Cristo Monumental. Para disfrutar aún más, basta con subirse al teleférico y pasear en sus clásicos vochos. En cuanto a la gastronomía, las opciones son vastas y variadas, pero el mole rosa es un imperdible.