San Ginés es uno de los establecimientos más emblemáticos de Madrid, una chocolatería situada justo entre la Puerta del Sol y el Teatro Real –en pleno centro de la ciudad– cuyo espacio rememora al siglo XIX, consolidado también como uno de los sitios favoritos para disfrutar de churros tradicionales. Su reconocimiento internacional le ha llevado a abrir locaciones alrededor del mundo, una de ellas en la CDMX, compartiendo un poquito de su encanto tradicional y esencia española. ¡Aquí te contamos más para que te animes a visitarla!
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San Ginés es una de las chocolaterías más populares de Madrid, fundada desde 1894 y con más de 100 años de trayectoria compartiendo deliciosos churros tradicionales y chocolate caliente. Al menos en España, su espacio es clásico y de remembranza a los cafés antiguos de la zona, con mesas de mármol blanco y un gran mostrador cubierto de azulejos, al igual que una atmósfera familiar que recibe comensales las todos los días y hasta altas horas de la madrugada.
Gracias a su reconocimiento internacional y el cariño que ha ganado a lo largo de los años, San Ginés cuenta con diversas locaciones alrededor del mundo, una de ellas ubicada en la CDMX –precisamente en Lomas de Chapultepec–. Este sitio no sólo comparte la esencia madrileña de la chocolatería, sino también una maravillosa propuesta de churros tradicionalmente españoles, porras dulces –parecidos a los churros, pero elaborados al sartén y con más harina en su masa– y exquisito chocolate caliente.
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El San Ginés en la CDMX abrió sus puertas desde 2019, y es el sitio perfecto para quienes busquen una propuesta de autenticidad española e historia generacional, que si bien cuenta con un diseño mucho más contemporáneo y adecuado a la zona en la que se encuentra, mantiene las técnicas de elaboración originales en cada elemento de su menú.
Lo que hace tan especial el chocolate de San Ginés es que tiene una consistencia más espesa que permite sea bebible, pero también sirva como complemento para chopear sus churros. Estos últimos se preparan bajo la técnica ‘al hombro’, llamada así debido a que esta parte del cuerpo es donde la persona que elaborara los churros podría colocarse la masa, así como a su procedimiento específico. El resultado son churros tradicionales y de consistencia perfecta, que definitivamente vale la pena probar para deleitarse con un pedacito de España en la CDMX.
