A menos de 40 kilómetros de los grandes desarrollos y enormes rascacielos de Monterrey, el Pueblo Mágico de Santiago recibe a sus visitantes con su aire sereno y sus calles coloridas, coronadas por las imponentes vistas de la Sierra Madre Oriental y la Sierra de la Silla. Como suele ser el caso de los pueblos en el norte del país, la historia de Santiago no es necesariamente tan antigua, pero no por eso es menos rica. Aquí podrás pasear por sus calles mientras admiras la arquitectura de sus edificios principales, comer en alguno de sus muchos restaurantes y entrar en contacto con la naturaleza en las cascadas y bosques alrededor del pueblo.
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El pueblo recibe su nombre por la parroquia de Santiago Apóstol, construida en 1745 y uno de los grandes referentes del lugar. Su fachada barroca con torres desiguales se alza sobre la Plaza Ocampo, donde encontrarás algunos restaurantes y cafeterías para sentarte a disfrutar la briza. Entre ellos encontrarás la heladería La Delirio, ideal para comprar una nieve artesanal, un helado ‘soft serve’ o una de sus bebidas heladas para hacer frente al calor mientras continúas con tu recorrido por el casco histórico de Santiago, donde se encuentran el Museo de Historia de Santiago —ubicado en el ex-palacio municipal, una construcción de inicios del siglo XX—, el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo de Arte Popular.
Santiago también está rodeado de montones de espectáculos naturales tanto para quienes aman las experiencias fuertes como para quienes prefieren un plan más relajado en contacto con la naturaleza. En primer lugar, la Presa La Boca es una visita casi obligada, sobre todo si viajas en familia, pues es un paseo tranquilo entre los arroyos que bajan por la Sierra Madre Oriental —aunque también se puede hacer canotaje—, así como el Parque El Bañito, un espacio público con piscinas y aguas termales ideal para pasar el día y desconectarse del ruido y el ajetreo de la ciudad. Por otro lado, la Cueva de los Murciélagos —también conocida como la cueva ‘de Agapito Treviño’— se convierte en un espectáculo cada tarde, cuando miles de murciélagos salen en caravana de la caverna al caer la noche.
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Otro de los atractivos naturales más apabullantes de Santiago es la cascada Cola de Caballo, un parque estatal donde el bosque se yergue imponente entre matorrales y encinos, donde se puede escuchar el rumor de la cascada a lo lejos como si fuera un bosque encantado. Un poco más adentro de la Sierra de Santiago se encuentra la cascada del Chipitín, un pequeño paraíso que te robará el aliento con su caída de casi 90 metros, la cual culmina en una poza de aguas turquesa.
Finalmente, por su ubicación entre cerros y cañones, Santiago es el destino ideal para lxs fanáticxs del cañonismo, con caminos flanqueados por espesos bosques y acantilados rocosos, acompañado del correr de los arroyos a lo largo de prácticamente todo el trayecto. El mejor lugar para practicar esta actividad es dentro del Parque Nacional Cumbres de Monterrey —una de las mayores áreas nacionales protegidas del país— donde encontrarás ríos subterráneos, grutas, toboganes, pozas, cascadas y tirolesa.
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