Después de elegir el destino, uno de los pasos básicos para planear el viaje de tus sueños es encontrar el hospedaje correcto. Generalmente nos encontramos con distintas opciones, desde un Airbnb en la zona más trendy de la ciudad hasta hostales con cuartos compartidos que nos permiten estirar el presupuesto lo más posible. Una opción que nunca pasa de moda son los hoteles, y no es de extrañar considerando que ofrecen montones de beneficios únicos que muchas veces, si los tomamos en cuenta, pueden hacer nuestro viaje aún más provechoso. Aquí te dejamos cinco razones por las que vale la pena seguir prefiriendo hospedarse en un hotel al salir de viaje.
¡Viajen, disfruten y compartan!
Experiencias únicas
Por supuesto, todo viaje es en sí mismo una experiencia. Cuando decidimos salir de casa y pasar un tiempo fuera de la cotidianidad, es con el propósito de vivir algo distinto. Ya sea que tu tipo de viaje sean aquellos con itinerarios ambiciosos, o que prefieras más bien un plan de playa, sol y alberca, hospedarte en un hotel puede encaminarte a vivir el viaje que deseas. Y es que existen varios hoteles que ofrecen experiencias que van desde un rooftop con alberca para ver el atardecer o un spa con tratamientos y masajes, hasta catas de destilados, degustaciones de productos locales y hasta recorridos turísticos por el destino. Así pues, para elegir el hotel perfecto, puedes buscar aquellos que ofrezcan las experiencias que más te interesen.
Practicidad
Muchas veces, cuando sentimos que necesitamos unas vacaciones, nos referimos a unas vacaciones de todo: del trabajo, del tráfico, del estrés, pero también de las tareas domésticas como tender la cama y lavar los platos. Una de las enormes ventajas de hospedarse en un hotel es precisamente eso: que durante tu estancia, no tendrás que preocuparte por absolutamente nada más que disfrutar del destino. Los hoteles son un apapacho que, además de todo, suelen estar ubicados estratégicamente, de modo que es fácil moverte de un sitio a otro sin enfrentarte a largos trayectos antes de llegar a tu destino.
Asistencia continua
Otra de las razones por las que vale la pena seguir prefiriendo hospedarse en un hotel al viajar tiene que ver no solo con la practicidad, sino con la tranquilidad de sabernos acompañadxs. Llegar a un destino nuevo y desconocido siempre es causa de emoción, pero también puede llegar a presentar ciertas complejidades. Desde preguntar por una casa de cambio cercana o pedir prestado un adaptador de corriente hasta pedir asistencia para coordinar reservaciones, siempre es un gran alivio saber que contamos con el apoyo del personal del hotel en todo momento.
Seguridad
Cuando uno sale de vacaciones, lo último que quiere es sentirse desprotegido. Los hoteles son espacios diseñados expresamente para tener un flujo continuo de gente, con huéspedes entrando y saliendo a todas horas. No se trata solo de los mecanismos de las cerraduras de las puertas, de las cajas de seguridad en los cuartos o de los policías en las entradas, sino de todo un control interno que se asegura de transmitir ese sentimiento de seguridad que, a fin de cuentas, te permite dormir y descansar tranquilx.
Contribuyes a la economía local
En la mayoría de los debates en los que se discuten los pros y los contras del crecimiento del turismo, suele surgir un argumento bastante poderoso: la derrama económica y la generación de empleos. Por supuesto, no se puede negar que el turismo tiene un impacto monetario y el tipo de hospedaje que elijamos es un factor fundamental para contribuir a la economía local. En el caso de los hoteles, las tarifas que pagamos se traducen en el trabajo de más empleados: recepcionistas, camaristas, personal de seguridad y de mantenimiento, solo por nombrar algunos. Esto se acentúa aún más si buscamos hospedarnos en hoteles social y medioambientalmente responsables, así como hoteles pequeños administrados por gente de la comunidad. Además, a diferencia de otros tipos de alojamiento, al hospedarte en un hotel procuras no acrecentar problemas de conflicto por la vivienda, de forma que para los locales el turismo se concibe como una oportunidad y no como competencia.
