Para los amantes de la versatilidad,
llega hoy un nuevo restaurante a la Ciudad de México. Zesta Punta es el nuevo
concepto de chef Guy Santoro, que promete un diálogo entre la cocina española
con ciertos tintes mexicanos y franceses, que al ser mezclados con una gran
variedad de texturas y sabores dan como resultado platillos y experiencias inolvidables.
Se trata de la nueva propuesta gastronómica del Frontón de México, que se caracteriza por ser un complejo versátil, en el que puedes asistir a eventos culturales, y conciertos, perderte un rato en sus tres pisos de casino, apreciar un buen partido de Jai alai –el deporte vasco oficial del Frontón–, hospedarte en su hotel y ahora, puedes tener una comida de altura este nuevo restaurante, que promete repuntar este recinto con su extraordinaria carta.
El concepto pretende que, después de ver un partido de la pelota más rápida del mundo en el Jai alai o jugar un buen rato en el casino, puedas pasar a darte un rato relax en su acogedor restaurante-bar. En este sitio encontrarás muchísimas opciones que reconfortarán tu estomago; el menú incluye una amplia variedad de tapas, barra fría de pescados y mariscos, cortes y una amplia selección de postres que te ofrecen una experiencia gastronómica inigualable; además de que ofrece más de 100 etiquetas de vino provenientes de la bodega de Santo Tomás, en Baja California, ideales para maridar con su basto menú.
Como una deliciosa muestra de su herencia francesa, cada comida en Zesta Punta inicia con un amuse bouche, que son pequeños aperitivos, una especie de canapés para ir abriendo el apetito y ‘divertir al paladar’. Te recomendamos comenzar con el Foie Gras de frutos rojos. ¡Es una minidelicia!
Continúa con las estrellas de la casa: las
clásicas tapas, un aperitivo típico de la cocina española. Te recomendamos
pedir la porción mixta para que no te quedes con las ganas de probar ninguna. Es
una colorida mezcla de sabores y texturas: desde unos básicos dedos de queso, pan
con papa, chorizo español y huevo de codorniz, hasta el exquisito Pan Tumaca
con salmón ahumado en una cama de tapenade. Otro imperdible es la crema de
alcachofa con trocitos de portobello, nuez y crotones.
Como platillo fuerte, puedes escoger el estofado de cachete de res, braseado con zanahorias baby, cebolla y papas cambray y zucchini. Lo que le da un sabor y textura sin igual es que lo cocinan por ocho horas en su propio jugo. ¡Es tan suave y jugoso que sentirás que se te deshace en la boca!
El postre es la mejor parte, ya que puedes escoger entre sus especialidades de pastelería vasca. Entre ellas la cremosa pantxineta tibia, horneada con pasta de hojaldre, rellena de crema pastelera con sabor almendra, bañada –con todavía más– almendras tostadas, acompañada de terroso de chocolate y con helado de vainilla. ¡Se convertirá en tu favorita!
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Si te apetece algo menos dulce, pero con
un sabor sinigual, puedes probar también su famosa Tarta Tatin. Se sirve tibia
con trocitos de manzana caramelizada, terroso de chocolate y helado de vainilla.
Para cerrar con broche de oro y continuando con la tradición francesa, sigue una pequeña charola de Petit fours llena de una pequeña muestra de dulces españoles tradicionales: trufa de chocolate cubierta con polvo de cacao, un saladito turrón de pistache y un par de mini enjambres. ¡Es una experiencia peninsular redonda!