Casi nadie conoce esta gran cabeza tallada en una montaña de México (el artista es digno de aplausos)

A mediados del siglo XVI, tras la caída del Imperio Mexica y con la expansión del dominio español por el territorio americano, un grupo de indígenas chichimecas se alzaron en armas contra el ejército de la Nueva Galicia —que abarcaba lo que ahora son los estados de Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Aguascalientes— en una serie de enfrentamientos bélicos que pasaron a la historia con el nombre de la Guerra del Miztón. Siglos después, a finales de los años 90 del siglo XX, el artista oaxaqueño Juan Justo Zarate, maravillado por la valentía y la resistencia de los guerreros chichimecas, se encomendó a la labor de labrar La Gran Cabeza Chichimeca en un monte en la carretera de Aguascalientes al Pueblo Mágico de Calvillo

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A lo largo de 17 años, Juan Zarate trabajó en esta obra suspendido sobre una caída de 20 metros y rodeado de maleza abundante en serpientes de cascabel, a través de las inclemencias de la lluvia y el frío, sin financiamiento y prácticamente a solas. No fue sino hasta años después que el artista se reencontró con un antiguo amigo de la infancia, José Luis Rojas Villalpando, un empresario de Aguascalientes que proporcionó el patrocinio necesario para contratar a dos ayudantes para agilizar el proceso. 

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La grandeza de esta imponente escultura deriva no solo de su simbolismo, sino también por sus dimensiones: 12 metros de altura por 10 de ancho y 7 de fondo (e incluso hoy permanece inconclusa, pues sigue pendiente labrar un águila del lado derecho del rostro). Y es que esta escultura monumental está diseñada para admirarse desde la distancia, abriéndose paso entre la naturaleza como un colosal guerrero que continúa protegiendo el territorio de la Sierra Fría y la Sierra del Laurel, ambas fundamentales en la conservación de la biodiversidad del estado de Aguascalientes.

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Esta maravilla se puede admirar desde la carretera 70 rumbo a Calvillo, localidad que recibió su nombramiento como Pueblo Mágico en 2012 gracias a su increíble riqueza cultural y natural. Solía ser territorio de indígenas zacatecas, nahuas y caxcanes, y hoy en día luce una espléndida muestra de arquitectura colonial, artesanías locales y paisajes naturales dignos de una visita.

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Foto: Municipio de Calvillo