La gastronomía es uno de los pilares fundamentales de la identidad cultural de un pueblo, y en Oaxaca la cocina mixteca no solo es un manjar imperdible, sino también un elemento indispensable para entender la cultura de la región. En Tierra del Sol, la chef Olga Cabrera Oropeza explora, honra y comparte la herencia culinaria de distintos ámbitos de la gastronomía mixteca, desde los típicos del comal y los panes clásicos de Oaxaca, hasta las distintas variedades de mole que le han merecido gran fama a este estado tanto a nivel nacional como internacional.
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Tierra del Sol se divide en distintos proyectos que se enfocan en algún ámbito de la cocina mixteca. En primer lugar, La Masea se dedica a hornear los panes clásicos de Oaxaca y creaciones originales de la casa, como la Donatella y los hojaldres rellenos de distintos guisados. Por otro lado, para acompañar semejante delicia, La Atolería reconoce que el atole, más que una bebida, es un alimento y lo honra como tal utilizando únicamente maíces nativos y cacaos originales de diferentes regiones del estado. Aquí también podrás probar tanto las recetas clásicas como creaciones únicas para nutrir tanto cuerpo como alma.
Si tu plan es sentarte a comer y disfrutar de un ambiente tranquilo y tremendamente oaxaqueño, La Terraza te recibirá desde el desayuno hasta la cena con platillos innovadores pero auténticos hasta la médula que giran en torno a los cinco pilares de la cocina mixteca: maíz, quelites, frijoles, chiles y cacaos. Este es un espacio designado para el deleite gastronómico con preciosas panorámicas de la ciudad de Oaxaca y una vista privilegiada del jardín etnobotánico. El menú abarca platos prehispánicos, mestizos y de autor, así que se necesitará más de una visita para degustar la enorme variedad de tesoros culinarios que preparan en su cocina. Una de las recomendaciones del propio restaurante es siempre pedir algo del comal, como las clásicas tetelas o las picaditas.
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Evidentemente, el mole es un imperdible que no te puede faltar en tu paso por Tierra del Sol, pero resulta que hay más de uno que vale toda la pena probar. En primer lugar, el mole tres generaciones es uno de los más deliciosos y emblemáticos de la cocina de la chef Olga Cabrera Oropeza, el cual se prepara con la receta de su abuela, su mamá y la propia chef. En segundo lugar, el mole de caderas, cuya tradición en la cultura mixteca tiene más de 200 años. Su preparación comienza desde la crianza de los chivos, que llegan a recorrer hasta 300 kilómetros antes de llegar al plato. Por último, la joya de la corona: el mole blanco creado por la chef a partir de una rigurosa investigación para confeccionar la receta perfecta.
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