Entre el gremio médico, existe una frase popular que se utiliza para referirse a aquellos estudiantes y residentes que se escapan de sus labores para descansar un rato. ‘Irse de mandrake’ no es otra cosa sino darse un respiro, desaparecer del ajetreo y el caos y reaparecer en un lugar más en paz. El primer Café Mandrake nació en medio de la zona de hospitales en el corazón de Tlalpan como un espacio para cargar energías y tomar buen café. Hoy en día, Mandrake cuenta con cinco sucursales en la CDMX, y su más reciente apertura lo tiene todo para convertirse en tu nuevo café favorito en la Roma: café de especialidad, un menú apapachador y un espacio versátil ideal para un desayuno con tu mamá, un brunch con amigxs o una cena romántica.
Este nuevo café en la Roma busca conservar esa atmósfera casual y acogedora típica de Café Mandrake, pero esta vez en un espacio mucho más amplio dentro de una antigua casona cuya remodelación fijó su objetivo en encontrar el balance perfecto entre lo tradicional y lo innovador y lo industrial y lo artesanal para lograr una estética que evoluciona a lo largo del día para pasar de un lugar fresco y apacible por la mañana, a un restaurante romántico y sofisticado al atardecer. Además, Mandrake la Roma cuenta con una galería de arte en cuyos muros se exhiben obras de artistas de la talla de Leonora Carrington y Andy Warhol, así como una pequeña tienda de productos artesanales y de artistas y diseñadores locales.
Con su nuevo café en la Roma, Café Mandrake presenta una nueva propuesta gastronómica a cargo del chef Gustavo Alonso (quien durante un tiempo estuvo al frente de la cocina de Tetetlán), quien ha elaborado un menú muy a la altura del lugar, en el cual destacan platillos como los chilaquiles con cochinita para quienes aman los clásicos ‘remasterizados’, así como la tostada de aguacate con burrata y trufa —servida con finas rebanadas de manzana verde y una vinagreta de limón amarillo fermentado que realza los sabores estupendamente—, o bien el pan francés con plátano frito y mermelada hecha en casa para quienes prefieren los desayunos dulces.
Por supuesto, la médula espinal de Café Mandrake es y seguirá siendo el café de especialidad. Aquí cada paso del proceso se cuida desde la pasión y el amor tanto por la bebida como por las comunidades que sostienen esta industria. El café proviene de la sierra chiapaneca, específicamente de la cooperativa indígena Yomol A’Tel, buscando fomentar procesos menos invasivos con el medio ambiente, en una especie de agricultura de traspatio en la que los cafetales son parte de la flora nativa. Mandrake utiliza su propia receta para tostar y preparar el café, así que cuando decimos que no encontrarás un café igual, lo decimos en serio. Sin embargo, en este café en la Roma podrás encontrar una carta abierta a todos los gustos: desde un espresso hasta un latte de mazapán para consentir a todos los apasionados del café por igual.
Pero incluso si el café no es lo tuyo o simplemente tienes antojo de otra cosa, en este café en la Roma encontrarás una amplia selección de bebidas frías y calientes para satisfacer todos tus antojos. Para los días de frío, no hay nada más reconfortante que un chai latte, mientras que el calor se combatirá mejor con un Lemon Twist —tisana de frutos rojos, un shot de limón y agua mineral—. Además, morirás de ganas de acompañar tu café con un pan recién salido del horno, como el panqué de nuez extra esponjoso que no obstante revela la textura rústica de este fruto seco en cada mordida, o bien alguno de sus postres estrella, como la tarta de plátano con dulce de leche y rompope (te lo advertimos desde ahora: se convertirá en tu nueva obsesión).
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