Si hay algo por lo que se le conoce a Chiapas, es por albergar algunas de las lagunas naturales más hermosas de todo México. Su Laguna de Miramar no es la excepción, enclavada entre la selva chiapaneca y ofreciendo a sus visitantes una opción de turismo sostenible en la que no solo maravillarse con el patrimonio biológico del estado, sino también disfrutar diversas experiencias de conexión medioambiental. Sigue leyendo para descubrir todos los detalles.
Oculta entre la imponente selva chiapaneca, la Laguna de Miramar es un verdadero oasis de serenidad y magnificencia natural. Se ubica dentro de la Reserva Integral de la Biosfera Montes Azules, que a su vez es un territorio de impresionante belleza escénica, así como una de las regiones con mayor diversidad genética en todo el continente americano.
Conocer la Laguna de Miramar es sorprenderse con aguas turquesas, pequeños islotes de tranquilidad natural y colinas cubiertas en vegetación exuberante, convirtiéndola en uno de los destinos más impresionantes en Chiapas. Para visitar a este destino, primero se tendrá que viajar de Ocosingo a Altamirano, para después tomar un desvío hacia San Quintín y llegar a la localidad de Emiliano Zapata; desde este último punto se puede preguntar por tours y recorridos especializados, o bien realizar una caminata o un paso en bote a lo largo de los ríos que conducen hasta la laguna.
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Una vez en la Laguna de Miramar, se podrá apreciar un verdadero espectáculo de la naturaleza. Mientras que sus aguas turquesas contrastan con el verde de la selva circundante, los acantilados que rodean la laguna ofrecen vistas panorámicas de ensueño. Bajo un compromiso de turismo sostenible en el que se minimice el impacto ambiental en la región, se pueden realizar actividades como observación de la flora y fauna, recorridos en kayak por la laguna, caminatas por la selva, e inclusive noches de camping en ciertas zonas designadas.
Sin duda alguna, más que un simple destino, la Laguna de Miramar es un santuario de biodiversidad y riqueza natural. Tanto su acceso remoto y sus aguas turquesas como sus experiencias de compromiso con el turismo sostenible lo convierten en un lugar digno de visitar.