En esta temporada, el chile en nogada sigue siendo el poema culinario más venerado por los mexicanos. El prestigioso Hotel Marquis Reforma de la Ciudad de México, con más de 30 años de historia brindando lujo y exclusividad, celebra esta tradición con su Festival de Chiles en Nogada ‘4 de 4: Cuatro Chiles en Nogada y Cuatro Vinos’. Bajo la dirección del talentoso Chef Josué Hernández, podrás disfrutar de cuatro interpretaciones excepcionales de este clásico poblano, cada uno acompañado por vinos de primer nivel seleccionados por el apasionado sommelier Edgardo Schiller. Este festín de sabores estará disponible hasta el 30 de septiembre en el reconocido restaurante A la Parrilla. Puedes optar por el maridaje completo con los cuatro vinos seleccionados, disfrutar de una versión sin alcohol, o simplemente probar un solo chile. A continuación, te presentamos una descripción detallada de cada uno para ayudarte a elegir el que más te apetezca, o para que te animes a probarlos todos.
Chile en nogada original
Como su nombre lo indica, la receta de este chile rinde homenaje a la creación original de las madres agustinas del Convento de Santa Mónica en Puebla, quienes en 1821 prepararon este festín para celebrar el cumpleaños de Agustín de Iturbide. Este chile en nogada se presenta sin capear, destacando su relleno compuesto por una mezcla suculenta de carne de res y cerdo, enriquecida con frutos secos y manzana, lo que le confiere una complejidad de sabores que rememora la tradición. La receta culmina con una cremosa salsa nogada, elaborada con queso de cabra, nuez de castilla y un toque de oporto. La granada, utilizada tanto para decorar como para añadir un toque de frescura, completa este emblemático platillo. Para acompañarlo se marida con una copa de Vino Blanco de Chardonnay, cuya acidez equilibra perfectamente los sabores robustos y especiados de la comida mexicana, realzando cada bocado con su frescura y elegancia.
Chile en nogada tradicional
Esta versión está pensada para quienes prefieren el chile en nogada capeado, una adaptación que, aunque no es la original, se ha convertido en una de las más apreciadas por los paladares mexicanos. Al igual que en la receta clásica, su relleno combina carne de res y cerdo con frutos secos y manzana, ofreciendo una mezcla rica y sabrosa. La salsa en nogada, elaborada con queso de cabra, nuez de castilla y un toque de oporto, baña el chile con una textura cremosa y se adorna con granos de granada. Para realzar esta experiencia, se marida con un Vino Tinto Petit Syrah. Este vino, con su intenso color rojo, aromas frutales y sabor equilibrado, presenta taninos suaves y una acidez medida, características que lo hacen ideal para acompañar carnes rojas, quesos curados y platos especiados, creando un contraste perfecto con los sabores ricos y complejos del chile en nogada.
Chile en nogada vegano
Para quienes buscan una opción más ligera y sin carne, esta versión del chile en nogada es ideal. Su relleno está cuidadosamente preparado con una mezcla de setas, manzana, durazno y frutos secos, creando una alternativa deliciosa y vegetal al tradicional relleno de carne. La salsa se elabora con queso de soya, nuez de castilla y un toque de jerez, proporcionando una textura cremosa y un sabor sutilmente enriquecido. Este platillo se adorna con granos de granada, hojas de perejil fresco y un espectacular crocante de arroz. Para acompañar esta versión ligera, una copa de Primavera Sauvignon Rosé, un vino que complementa perfectamente los sabores del chile en nogada. En boca, ofrece una textura suave y sedosa, con una acidez equilibrada para realzar los sabores del plato.
Chile Virreinal (postre)
Aunque pueda resultar sorprendente, el chile en nogada servido como postre tiene raíces históricas que se remontan al siglo XVIII, cuando se preparaba como un elegante postre virreinal. Esta versión especial se presenta capeada y rellena con una mezcla deliciosa de plátano macho frito, manzana, pera y durazno, complementada con almendras y una crema rica elaborada con nueces de castilla, frutas secas, jerez, granada, polvo de chile pasilla, tierra de cacao, cardamomo y queso de cabra. El toque final lo aporta un sutil chorrito de vino blanco o jerez. Para darle un acabado decorativo, se espolvorea con merengue seco, añadiendo un contraste dulce y crujiente. Este innovador postre se marida a la perfección con una copa de Vino Gamay, elaborado a partir de la uva gamay originaria del sur de Francia. El Vino Gamay es conocido por sus notas especiadas y frutales, que equilibran con elegancia el dulzor del postre gracias a su sabor intenso.