Tenemos que hablar más sobre el vínculo que existe entre los abuelos y sus nietos. Independientemente de sus complejidades, existe cierta complicidad y complacencia que realmente no se puede tener con los padres y madres. Quienes tuvimos la suerte de crecer con abuels indulgentes y en exceso consentidores —de esos a quienes no les interesa decir que no a ninguno de tus deseos—, muchas veces nos encontramos ante la nostalgia de aquellos años en los que todo se resolvía pasando la tarde en su casa. Por esta razón, preparamos una lista de actividades que amamos hacer con nuestros abuelos, y que siempre nos recuerdan a ellos cuando los extrañamos.
Comprar dulces en la Dulcería de Celaya
Pocos lugares en la CDMX cargan tanta tradición como la Dulcería de Celaya. Inaugurada en 1874 sobre la calle de Plateros, esta confitería ha sido testigo del cambio y la evolución de la ciudad y sus habitantes. Incluso la calle cambió de nombre —hoy en día, esta mítica dulcería se encuentra en el número 39 de la Avenida 5 de mayo—, pero las vitrinas de cristal dentro del local siguen mostrando una variedad de dulces típicos mexicanos como cocadas, merengues, dulces de leche, turrones y buñuelos. Se trata de nada menos que la dulcería más antigua de la CDMX, y seguramente visitarla fue una actividad que hiciste con tus abuelos durante tu infancia.
Dirección: Av. 5 de Mayo 39, Centro Histórico, CDMX
Teléfono: 55 5521 1787
Sitio web: facebook.com
Ir a comer a San Ángel Inn
Si creciste hacia el sur de la CDMX, muy probablemente tus abuelos aprovechaban cualquier pretexto —cumpleaños, aniversarios, fin de cursos— para ir a celebrar al San Ángel Inn. El lugar conserva toda la magnificencia de la Hacienda Goicoechea, fundada en 1804, una espléndida casona que incluso fungió como hotel y como sede de la Universidad Iberoamericana antes de convertirse en uno de los restaurantes con mayor tradición de la ciudad. Desde 1963, el San Ángel Inn es escenario ideal para desayunos familiares, comidas de negocios y cenas románticas, siempre marcadas por la nostalgia. Si extrañas a tus abuelitos, pide una carne tártara y emociónate mientras te la preparan en la mesa, tal y como llevan décadas haciéndolo.
Dirección: Diego Rivera 50, San Ángel Inn, Álvaro Obregón
Teléfono: 55 5616 1402
Sitio Web: sanangelinn.com
Hacer una playlist de sus canciones favoritas
Cierra los ojos y trasládate a los primeros años de tu vida: casi podríamos apostar que la casa de tus abuelos estuvo siempre inundada de música. Boleros, cumbias, serenatas, música clásica, hay una melodía detrás de nuestros recuerdos más entrañables, y pocas actividades son tan lindas para recordar a tus abuelos como hacer una playlist de todas esas canciones que sonaban en el fondo durante las comidas familiares los domingos, las cenas de Navidad y las tardes apacibles del verano. Lo mejor es que este es un ejercicio continuo, ya sea que las escuches después mientras vas en el tráfico, o que agregues más canciones que te vengan a la mente mientras piensas en ellos.
Comer una concha con nata en El Cardenal
Aunque nos encanta la propuesta fresca e innovadora que ha dominado la escena panadera de la CDMX en los últimos años, hay clásicos que no pasan de moda. Las conchas con nata de El Cardenal se han convertido en una institución que seguramente inició en los desayunos en casa de los abuelos durante la infancia. Nada para evocar los recuerdos más dulces que disfrutar este manjar acompañado de un chocolate caliente batido a mano con molinillo. Durante estas fechas, también encontrarás pan de muerto relleno de nata en su menú.
Dirección: C. de la Palma 23, Centro Histórico
Teléfono: 55 5521 3080
Sitio web: restauranteelcardenal.com
Pedir un Hot Fudge Sundae en Chiandoni
Esta heladería se ha convertido en un ícono de la Nápoles, pues desde 1939 se han especializado en preservar las recetas clásicas de los gelatos italianos, así como recetas que nos transportan a un universo dulce y atemporal. Destacan delicias como el Banana Split, el Biscuit Tortoni —helado de crema cubierto con avellanas molidas y coronado con una cereza— y el Hot Fudge Sundae: un helado de vainilla —o de tu sabor favorito— servido en copa y bañado con chocolate, nueces y crema batida. Pasar las tardes calurosas aquí seguramente era una de las actividades favoritas de tus abuelos, y hoy por hoy, no ha perdido ni una gota de su encanto, aunque quizá sí se haya vuelto más nostálgico.
Dirección: Pensilvania 255, Nápoles
Teléfono: 55 7592 0839
Sitio web: @heladoschiandoni
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