Aunque no se conozca principalmente por sus destinos de playa, Colima es uno de los estados mexicanos que alberga verdaderas joyas paradisiacas, desglosadas en su litoral marítimo de más de 150 kilómetros de longitud. Hay una en especial que destaca por ser una de las mejores playas para vivir experiencias de bioluminiscencia y surf, con un encanto local que la hace imperdible para viajeros que quieran vivir experiencias más auténticas. Se trata de Boca de Pascuales, y te contamos por qué tienes que visitarla.
Ubicada aproximadamente a una hora del puerto de Manzanillo en Colima, Boca de Pascuales es una de las mejores playas en México para practicar surf y vivir el fenómeno natural de la bioluminiscencia. Se encuentra en el municipio de Tecomán, y se reconoce a nivel internacional por sus grandes olas y costas salvajes, que a su vez cuentan con un atractivo paradisiaco que las hace irresistibles para su visita turística.
Se dice que las olas en Boca de Pascuales pueden alcanzar hasta los cinco metros de altura –principalmente durante la temporada de verano–, convirtiéndose en uno de los destinos de surf más codiciados en todo el mundo, pero designado para los surfistas experimentados y en búsqueda de nuevas aventuras en el mar. A pesar de esto, la belleza natural, riqueza marina y vegetación circundante permiten que cualquiera pueda disfrutar el atractivo del destino.
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Otro aspecto destacable en Boca de Pascuales es el fenómeno de la bioluminiscencia, en el que diversos organismos marinos son capaces de emitir luz gracias a sus reacciones químicas con el mar, lo que resulta en un espectáculo nocturno único. Las luces se pueden presentar en colores azules y verdes y, a pesar de hacer bastante tentador el meterse a la playa para verlas más de cerca, se sugiere apreciarlas desde una distancia más segura y alejada del oleaje intenso.
Boca de Pascuales también permite realizar diversas actividades acuáticas como la pesca deportiva y los paseos en bote, al igual que disfrutar unas vacaciones pacíficas en algunos de sus hoteles locales y bungalows junto a la playa. Vale la pena dejarse sorprender por su propuesta gastronómica, que abarca deliciosos platos como su sopa de mariscos –pescado, camarones, jaibas, chacales y pulpo–, ceviche colimense –preparado con carne molida de pez vela, sierra o mero–, o su icónico pescado zarandeado.
