Siempre es un gusto descubrir nuevos lugares que, además de un menú reconfortante y una propuesta fresca, apuestan por un proyecto colmado de personalidad y responsabilidad con su entorno. Hace no mucho tiempo, Bomboti Cocina abrió sus puertas en Polanco y ya comienza a dar de qué hablar con su propuesta que integra la gastronomía, el diseño, el arte y hasta la música, con la intención de crear una experiencia que nos recuerda que la mejor cocina es la que apapacha de forma consciente.
Una galería de arte y diseño que se extiende hacia la cocina
Bomboti Cocina funciona un poco como el hermano menor de Bomboti, una galería y concept store que surge con el deseo de brindar un espacio de experimentación para conjugar los saberes ancestrales, los oficios tradicionales y los talleres contemporáneos. Aunque se trata de dos proyectos separados, los locales son contiguos y la experiencia se enriquece mucho si se visitan en conjunto, pues la celebración de la creatividad mexicana se hace evidente en cada objeto y cada ingrediente. De hecho, el nombre Bomboti proviene del vocablo otomí que significa ‘negro’, pero además del color, también alude a la fertilidad de la tierra, al espacio liminal entre lo material y lo espiritual.
En realidad, Bomboti es el resultado de 20 años de trayectoria del estudio multidisciplinario MYT + GLVDK, el cual se dedica al diseño en todas sus formas: arquitectura, interiorismo, branding y hasta diseño de operación. Es importante destacar que fueron ellos mismos quienes proyectaron el espacio de Bomboti Cocina, desde la gran barra triangular que protagoniza el lugar, hasta las etiquetas que dan homogeneidad a la enorme mayoría de los productos que ofertan en sus estanterías, los cuales provienen de una selección cuidadosa de proveedores locales que trabajan con prácticas sustentables y responsables.
La cocina y el delicatessen
Descubrir Bomboti Cocina es re-descubrir un amor insospechado por los sabores más auténticos y reconfortantes de la gastronomía mexicana. De la mano del chef Alonso Madrigal —quien también dirige la cocina del restaurante Malix—, el menú de Bomboti Cocina respeta la temporalidad de los ingredientes y busca ser una muestra de los productos que puedes comprar para llevar a casa, entre los cuales figuran carnes frías, quesos finos, vinos, caviar, postres gourmet, panes artesanales, aceites especiales, conservas, entre otros.
Entre los grandes imperdibles del lugar, destacan la Empanada Roja —salsa de tomate y pimiento, pesto y queso maduro—, la Empanada Blanca —salsa blanca y tocino ahumado— y la Trucha Ahumada —la cual viene de Michoacán, del proyecto sustentable Neminatura, y se sirve con ricotta y aderezo de alcaparras—. De postre, por NADA del mundo te puedes perder el Soft Serve de Vainilla, elaborado en casa de forma artesanal con vainilla de Oaxaca. Si te quieres hacer un favor aún más grande, pídelo con mermelada de guayaba.
Productos locales y de alta calidad para hacer comunidad
Uno de los principios fundamentales detrás de Bomboti Cocina es el deseo, primero, por homenajear la cocina mexicana de vanguardia, y segundo, por hacer comunidad. Cada proveedor se elige cuidadosamente no solo con el fin de asegurar que los valores se alinean y que los estándares de calidad se cumplen, sino también porque hay un gran interés por conocer realmente a las personas detrás de cada proyecto. Así, la propuesta es fomentar la colaboración y la experimentación creativa para volver al origen no solo en la tierra, sino en la sociedad: reconocer que no venimos de la nada, no creamos en la nada, y que la cocina sabe mejor cuando compartimos la mesa.
¡Coman, disfruten y compartan!