El producto orgánico del huerto sabe a tierra, en el buen sentido de la palabra. Cactilia, Harina y Sal, y NA’AN Cocina Estacional saben del privilegio que es probar una cosecha bien cultivada, de esa que hace ganarle amor a las ensaladas y a los ingredientes naturales. Es por ello que organizaron una cena especial al aire libre, bajo la maestría del Chef Armando Cajero, con el objetivo de reactivar el consumo local y el producto orgánico de Cholula.
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El evento tuvo tres grandes anfitriones: Cactilia, Harina y Sal, y NA’AN Cocina Estacional. Todos destacan por su compromiso con el origen de los ingredientes, el campo mexicano y el medio ambiente. De igual manera, trabajan junto con productores de la región para mejorar la calidad y oferta de los insumos naturales.
Cactilia es una granja urbana localizada a las afueras de Puebla, una empresa 100% verde y orgánica. Todos sus productos son completamente libres de químicos y pesticidas, lo que los hace más sanos y de mejor calidad. También son de los únicos agricultores orgánicos de la zona, con el uso de técnicas tradicionales de riego y plantación, una milpa agroecológica y semilleros.
Entre sus productos disponibles se encuentran microgreens, flores comestibles, hojas verdes y vegetales. Y mientras que cultivan bastantes alimentos endémicos de México, también importan semillas de otros países para ofrecer un mayor rango de ingredientes naturales. Para llevar su cosecha hasta la mesa, cuentan con canastas semanales y distribución a diversos restaurantes, entre ellos NA’AN Cocina Estacional y Harina y Sal.
Ambos restaurantes se constituyen como expresiones culinarias del Chef Armando Cajero, quien se distingue por el uso de productos locales en su gastronomía. Su cocina es fértil, orgánica y estacional, justo lo que ofreció en el menú especial del evento en Cactilia. Cocinado a fuego lento y al aire libre, fue una exquisita degustación de sabores orgánicos del huerto.
Para comenzar, un platillo bastante tradicional: tlacoyos y tetelas rellenas de habas y frijol ayucote, servidas junto con salsa roja, salsa verde y quesillo. Esto cortesía de ‘Milli, cocina de maíz’, quien también estuvo presente durante la cena. Originaria de San Mateo Ozolco en San Pedro Cholula, es una propuesta que trabaja por rescatar los maíces criollos de la región, mediante una oferta gastronómica étnica y nacional.
La mixología del evento no se quedó atrás. Estuvo a cargo de Elena Centeno, bartender poblana y promesa de la coctelería en México, quien confeccionó tres bebidas especiales para la ocasión. Su ‘Cruce al Soto’ es una exquisita fusión entre sabores dulces y amargos, elaborado con gin, jugo de betabel y zanahoria, esencia de azahar, y una zanahoria baby caramelizada con estrega y mantequilla de cempasúchil.
El menú le hizo justicia a los productos orgánicos de Cactilia. La ‘Ensalada del Huerto’, preparada con un mix de hojas verdes, zanahoria rostizada a la leña, kale y leche de almendras, llevaba impregnada la frescura de sus ingredientes. La sirvieron junto con coliflor morada en escabeche – una conserva elaborada de la cosecha del año pasado de Cactilia -, lo que la complementó con el toque de acidez perfecto. También probamos su betabel a la leña con yogurt espeso de Zacatlán, acompañado de ensalada de arúgula. Una auténtica delicia.
Cabe destacar que la cena presumió de la experiencia de más de 15 años del sommelier Carlos Ruíz, quien compartió vinos naturales, orgánicos y biodinámicos de la Bodega La Lomita en Valle de Guadalupe. Para acompañarlos, un ‘Amarre’ de Elena Centeno, elaborado con sake mexicano, shurb de cedrón y vinagre de pera.
El plato principal fue el resultado de varias horas de cocina a la leña, esto influye bastante en la degustación de los alimentos, ya que concentra los sabores y les otorga un aroma rústico y especiado. Fue así como se preparó el cordero a la leña, servido con tortillas tricolor de ‘Milli, cocina de maíz’, apio chino asado y salsa de café.
De postre, honrando la cosecha de temporada por Día de Muertos, un bizcocho de calabaza castilla con crema de tagete, acompañado con calabaza cocinada al fuego lento. El tagete es una de las flores pertenecientes a la familia del cempasúchil, lo que le dio al platillo un toque delicado y aromático.
Para concluir el evento y como digestivo final, Elena Centeno ofreció su última bebida de la noche, la ‘Brujita’. Elaborada a base de Strega, un licor de hierbas italiano, y fatwash de mantequilla de cempasúchil, fue el cierre perfecto de la noche.
Cactilia: cactilia.com
NA’AN Cocina Estacional: restaurantenaan.com
Harina y Sal: Facebook
Milli, cocina de maíces: Facebook
Foto de portada: Food and Pleasure