En las entrañas de Pachuca, donde las paredes susurraban historias de violencia y olvido, nació un sueño de color: el Macromural Cubitos-Palmitas, un mural que más allá de la estética, es un lienzo donde la comunidad pintó su anhelo de paz y armonía. Esta majestuosa obra de arte urbana consistió en pintar la totalidad de las fachadas de las colonias Palmitas y Cubitos, pertenecientes a la ciudad de Pachuca de Soto, en Hidalgo. El resultado es un arcoíris de colores que cubre más de 20 mil metros cuadrados, convirtiendo a esta zona en un verdadero museo al aire libre. Un proyecto que combina arte, urbanismo y desarrollo social de manera única y sorprendente.
El Macromural surgió como una iniciativa del gobierno para transformar una zona marginada, –con altos índices de violencia y delincuencia–, y revitalizar el tejido social de la comunidad. A través del arte, se buscó mejorar la calidad de vida de los habitantes, fomentar el sentido de pertenencia y promover el turismo. El proyecto empezó en 2014 con el apoyo del Colectivo Germen Crew, los principales artistas encargados de la creación del mural, también participaron los vecinos de las colonias Palmitas y Cubitos, aportando con su creatividad y esfuerzo; el gobierno local y estatal proporcionó los recursos para la realización del proyecto, y la empresa de pinturas COMEX colaboró en la donación de materiales. El proyecto se dividió en tres etapas que dieron como resultado 209 casas pintadas en total. Con cada brochazo, los habitantes tejieron un tapiz de esperanza.
El mural cuenta con ciento noventa colores que no fueron elegidos al azar. Se optó por una paleta vibrante y alegre, utilizando principalmente tonos cálidos como rojos, naranjas, amarillos y rosas. Colores que transmitieran energía, optimismo y alegría para generar un ambiente positivo y revitalizante. Primero se pintó con acrílico y luego con técnicas de graffiti. Los diseños utilizados son predominantemente geométricos, creando un efecto visual como de ‘olas de aire’ para plasmar el sobrenombre de Pachuca, ‘la bella airosa’. Adicional a los muros de las fachadas, se pintaron rostros de personas ilustres que conforman la comunidad, vecinos que han hecho cosas a favor de la colonia o residentes con historias de lucha y resistencia. Sin duda, un mural con mucho significado y gran belleza imposible de no atrapar la mirada.
El impacto del Macromural ha sido enorme tanto a nivel local como internacional. Diferentes noticieros y medios de arte urbano en el mundo difundieron videos y fotos del proyecto. La zona ha sido transformada en un atractivo turístico y ha promovido un gran movimiento cultural en la zona, dio pie al Festival de color, un evento anual con talleres, exposiciones y actividades para niños. También se organizan visitas guiadas para que los turistas conozcan la historia del proyecto y disfruten de vistas panorámicas. Incluso, ha sido escenario de videos musicales de artistas como Mon Laferte y el Dj biritánico Sigala. El macromural, –considerado uno de los más grandes del mundo–, es un ejemplo de cómo el arte puede transformar la vida de las personas y las comunidades.