Está de más decir que amamos los jardines. Son paraísos de vegetación y romanticismo ocultos en medio de la ciudad, a veces resguardando también increíbles propuestas gastronómicas dignas de probarse. El de María Ciento38 es uno de nuestros favoritos, un espacio secreto entre las calles de Santa María la Ribera, encargado de compartir un pedacito de Sicilia a la CDMX. Si bien su menú ofrece auténtica gastronomía siciliana, algunos días se permite sacrificar un poco su purismo italiano con deliciosos desayunos.
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María Ciento38 presume uno de los jardines más bonitos de la CDMX. Es un lugar secreto que transporta a sus visitantes hasta las costas sicilianas – aquellas características por la convergencia de bellísimos paisajes naturales con impresionante arquitectura normanda -, localizado dentro de una antigua casona del siglo XIX y rodeado de la maravillosa atmósfera histórica de Santa María la Ribera.
El menú de María Ciento38 responde a la autenticidad culinaria de Antonietta Di Pasquale, la nonna encargada de desarrollar cada uno de los platillos disponibles en el restaurante. Éstos se elaboran exclusivamente con ingredientes frescos y de la mejor calidad, emanando perfectamente la sazón casera de la gastronomía siciliana. Si bien son una representación tradicional de la comida italiana, de jueves a domingo abren espacio a un toque de originalidad con deliciosos desayunos.
Los desayunos de María Ciento38 rescatan algunos de los ingredientes representativos de la Sicilia natal de su nonna; degustarás aromas cítricos y sabores de temporada que convertirán tu experiencia en una de las mejores maneras de comenzar el día. Te recomendamos disfrutarlos junto con alguna pieza de El Pan de María, propuesta hermana del restaurante donde encontrarás panadería artesanal y delicias del street food siciliano.
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Ahora bien, si eres de quienes prefieren los alimentos dulces por la mañana, hay ciertos platillos de María Ciento38 que no puedes dejar de probar. Entre éstos se encuentran sus waffles de avena, puedes pedirlos acompañados de fruta y miel, o bien servidos con tocino y queso ricotta. Cualquiera de sus versiones cuenta con el potencial suficiente para convertirse en uno de tus nuevos desayunos favoritos.
Si lo tuyo son los desayunos salados, entonces pide el Brioche Poché a la Mortadella, un pan brioche hecho en casa, servido con huevo pochado y mortadela con pistache italiano. Otra excelente opción es el Panini de Pavo, también elaborado con pan de la casa y relleno de jamón de pavo, pera al vino tinto y queso de cabra. Cualquiera te encantará.
