La gastronomía es sin duda uno de los pilares fundacionales de la identidad nacional de nuestro país, pero para empezar a entenderla, primero debemos entender la inmensidad de nuestro territorio. Michoacán, Puebla, Yucatán, Sonora: tenemos propuestas tan variadas como lo son los campos y las culturas de cada una de estas tierras. La cocina oaxaqueña es una de las cocinas mexicanas más aclamadas tanto a nivel nacional como internacional, y esta no podría comprenderse sin la locura de sus tianguis. El pueblo de Tlacolula se encuentra a menos de una hora desde la capital del estado, y todos los domingos es sede de uno de los mercados más impresionantes de Oaxaca. Sobra decir que, si eres un viajero foodie, el Mercado de Tlacolula tiene que estar dentro de tu lista de prioridades.
Camino a la zona arqueológica de Mitla descubrimos Tlacolula, un pueblo típico de la región de los Valles Centrales de Oaxaca, un lugar donde impera el sincretismo, donde la gente es cálida pero firme y los paisajes se revelan como una paradoja de exuberancia desértica. El lugar es famoso por sus artesanías, sus templos y, por supuesto, por su tianguis dominical, el famosísimo Mercado de Tlacolula, una tradición ancestral zapoteca instaurada mucho antes de la llegada de los españoles que sigue cobrando vida todos los fines de semana.
Flores, frutas, hierbas, humo, chocolate, chiles, chapulines, gallinas, tasajo, tlayudas, atole, legumbres, especias, barbacoa, pan de yema, mezcal, artesanías de barro, textiles: el Mercado de Tlacolula es el bullicio sensorial típico de los tianguis mexicanos, pero elevado a la máxima potencia. Este tianguis atrae a personas de los pueblos aledaños no solo como compradores, sino como productores y vendedores también. Aquí verás y probarás de todo, así que más vale ir con la mente y los ojos muy abiertos y observar cuidadosamente todo lo que sucede para que no se te escape nada (siendo siempre muy respetuosxs, pues hay que recordar que este mercado es parte de la cotidianidad de la gente local y no un espectáculo para los turistas). Además, dentro del mercado existe una zona con fogones y anafres para cocinar tus propios alimentos de la forma más auténtica.
A un costado del Mercado de Tlacolula se encuentra el Templo de la Asunción, cuya nave principal está dedicada a la Virgen de la Asunción y fue construida por los frailes dominicos en el siglo XVI. Sin embargo, el verdadero atractivo es la Capilla del Señor de Tlacolula —también conocida como Capilla de los Mártires—, una capilla lateral añadida en el siglo XVII que ostenta una decoración barroca que nos podría remitir al esplendor de Santo Domingo, en Oaxaca capital, con sus motivos florales recubiertos en hoja de oro y la fina herrería colonial.
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