No es secreto que uno de los tesoros naturales más característicos de México son sus volcanes. Desde el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl hasta el Pico de Orizaba y el Volcán de Colima, que se yerguen imponentes y ofrecen vistas que te roban el aliento. Lo que muy pocos saben es que en nuestro país existen volcanes en medio del mar y que además son considerados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Situado en medio de las aguas del Pacífico, el Archipiélago de Revillagigedo es un conjunto de cuatro islas volcánicas que suponen uno de los ecosistemas más especiales de la República Mexicana.
Ubicadas a aproximadamente 800 kilómetros al oeste de Manzanillo y a 400 kilómetros al sur de Cabo San Lucas, estas islas remotas son en realidad las cumbres emergidas de algunos de los volcanes que integran una cadena montañosa submarina en medio del Océano Pacífico. El Archipiélago de Revillagigedo está conformado por cuatro islas —San Benedicto, Socorro, Clarión y el islote de Roca Partida—, en las cuales imperan paisajes que parecen de otro planeta con volcanes activos, arcos, acantilados, crestas de lava y formaciones rocosas que se mantienen firmes en medio del oleaje, con un punto máximo de 1700 metros sobre el nivel del mar en la cima del Monte Evermann, en la Isla Socorro.
Además de sus estremecedoras panorámicas, el Archipiélago de Revillagigedo es famoso entre la comunidad científica por la enorme cantidad de flora y fauna endémica que habita aquí, como 25 especies de aves marinas (de las 133 que se han registrado en total). Estos volcanes en medio del mar fueron declarados como Reserva de la Biósfera en 1994, pues aquí es posible encontrar una enorme cantidad de especies invertebradas, como crustáceos, moluscos y corales. Sobra decir que la biodiversidad de peces también es abrumadora, pues se han registrado al menos 321 especies, entre las que figuran tiburones y mantarrayas gigantes, así como 16 especies distintas de ballenas y delfines.
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