No es ningún secreto que las playas mexicanas son algunas de las más lindas que existen en el mundo. Con una gran diversidad de paisajes y atmósferas, puedes confeccionar el viaje de tus sueños justo a tu medida. Generalmente, cuando pensamos en sol y arena, nuestra mente tiende a viajar al Caribe Mexicano y a las costas Guerreo y Oaxaca. Aunque sin duda estos son destinos más que recomendables, acá te dejamos algunos pueblos playeros al norte de México que te harán replantearte tu idea de lo que es esta parte del país.
¡Viajen, disfruten y compartan!
Loreto, Baja California Sur
Resguardado entre la Sierra de la Giganta y el Mar de Cortés, Loreto es un pueblo encantador que nos recuerda que los paisajes de Baja California Sur son un espectáculo digno de ver. Además de ser uno de los pueblos playeros más tranquilos al norte de México, este lugar es hogar del Parque Nacional Marino, ideal para bucear y conocer la fauna acuática de la zona —en invierno incluso es posible ver a la ballena azul—. Sus calles coloniales mantienen la traza original de cuando se fundó el pueblo a finales del siglo XVII, y conservan un encanto particular muy romántico, ideal para pasear y comprar artesanías de perlas para conmemorar la visita.
Guaymas, Sonora
No solo se trata de uno de los puertos con la industria pesquera más importante de Sonora, sino que además cuenta con casi 200 kilómetros de litoral donde se forman hermosas bahías y playas increíbles. Guaymas es un lugar de mucha historia, habitado por las tribus Guaymas, Seris y Yaquis hasta que se fundó la misión jesuita a inicios del siglo XVIII. La mayor parte de la infraestructura turística se encuentra en la Bahía de San Carlos, donde encontrarás hoteles y restaurantes para complementar tu viaje. Sus playas son de por sí tranquilas y perfectas para salir en kayak o en velero, pero si quieres alejarte todavía más de la civilización, puedes dirigirte a Ensenada Chica y Peña Blanca, a menos de una hora en coche.
Rosarito, Baja California
Seguramente no solo has escuchado de Rosarito por la gran fama de sus mariscos —especialmente de la langosta—, sino que también has visto sus playas en éxitos taquilleros como Titanic y Pearl Harbor. Este pueblo playero al norte de México se encuentra muy cerca de la frontera con Estados Unidos, pero mantiene una esencia vibrante con una gran oferta cultural. El mar aquí es perfecto para practicar surf y snorkel, e incluso puedes dirigirte hacia los territorios más vírgenes de Bahía de los Ángeles para mirar de cerca la enorme diversidad de vida marina e incluso nadar con el tiburón ballena.
Todos Santos, Baja California Sur
A pesar de ser un pueblo playero relativamente pequeño, Todos Santos es un destino muy completo: alucinantes panorámicas naturales, artesanías, una atmósfera bohemia y relajada pero selecta, una oferta cultural variada con reconocidas galerías de arte, y un legado histórico que se observa en su arquitectura tradicional. Incluso es el hogar del famosísimo Hotel California. La playa Los Cerritos es una de las más populares entre surfistas, pero incluso si prefieres ver las olas desde lejos, podrás permanecer en la arena y admirar los paisajes desérticos.
Mazatlán, Sinaloa
Si bien con el reciente furor por el eclipse y la ferviente defensa de las expresiones culturales locales, Mazatlán se convirtió en el centro de la atención pública, este es desde hace mucho uno de los pueblos playeros al norte de México que vale la pena conocer. Aquí hay de todo: espectaculares mariscos estilo Sinaloa, mucha historia y cultura, música y playas paradisíacas. En temporadas más calmadas, no hay nada como caminar por el malecón, visitar el Parque Natural Faro y descubrir la arquitectura colonial y los museos de la Plazuela Machado.
Sayulita, Nayarit
Este Pueblo Mágico en Nayarit le debe buena parte de su encanto a la atmósfera hippie-chic que se construye a partir de las calles estrechas, las casitas de colores y el paso despreocupado de los locales y viajeros surfistas que se dirigen hacia la playa. No es novedad que las olas del Pacífico reciban con entusiasmo a los amantes de los deportes acuáticos, mientras que sobre la arena puedes encontrar pequeños restaurantes donde se preparan los mariscos más frescos. El ambiente bohemio de este pueblo playero al norte de México es ideal para una escapada para bajar el ritmo, conectar con la naturaleza y pasarla muy a gusto.