La colonia Guerrero, es uno de los barrios más vibrantes de la Ciudad de México. Su historia se remonta hasta la época prehispánica ya que pertenece a uno de los cuatro territorios que conformaban Tenochtitlán. Incluso, su nombre proviene del náhuatl «cuepopan», que significa «lugar de guerreros». Tiene una ubicación bastante privilegiada porque limita con colonias emblemáticas como Tacuba, Buenavista y el Centro Histórico. Aunque la colonia ha sido testigo de la evolución y gentrificación urbana de la ciudad, ésta ha logrado conservar su encanto original. Sus calles llenas de vida y de color albergan diversidad de comercios, restaurantes y edificios históricos que la hacen única. Caminar entre sus calles es conocer un lado más tradicional de la Ciudad de México. Aquí te hicimos un breve recorrido por algunos de los lugares más emblemáticos de esta icónica colonia.
Mercado Martínez de la Torre
Este mercado es un pilar fundamental de la colonia, un espacio vivo y dinámico que representa la identidad, la historia y la cultura de la colonia Guerrero. Se ubica a un costado del Eje 1 Norte, y pareciera ser que este mercado es el precursor de los muchos que se encuentran más adelante sobre la misma avenida, como el mercado de La Lagunilla y Tepito. El mercado fue construido en 1936 y originalmente se llamaba ‘Mercado San Cosme’, pero en 1972, fue rebautizado como ‘Mercado Martínez de la Torre’ en honor al municipio del mismo nombre en el estado de Veracruz. En el mercado puedes encontrar una gran variedad de productos frescos, como frutas, verduras, carne, pescado y mariscos. También hay una gran selección de comida tradicional mexicana, como tacos, tamales, tortas y pozole. Ha sido testigo de la evolución de la colonia y ha formado parte de la vida de muchas generaciones. Es un lugar ideal para conocer la cultura local.
Dirección: Eje 1 Nte. s/n, Guerrero, Cuauhtémoc.
Cantina U de G
La Única de Guerrero es un verdadero ícono de la colonia Guerrero y de la Ciudad de México por varias razones: Fue inaugurada en 1933, lo que la convierte en una de las cantinas más antiguas de la ciudad. Empezó siendo un pequeño local de cinco metros cuadrados y ahora conserva una larga trayectoria. Su autenticidad la ha convertido en un referente para los amantes de las cantinas tradicionales. Conserva una esencia de antaño, con su decoración folclórica, su barra de madera y un ambiente animado. Cuenta con diferentes espacios, como una cantina, un restaurante familiar, un salón para eventos y un salón para baile, lo que la hace un lugar versátil para todo tipo de ocasiones. Ofrece una amplia variedad de platillos de cocina mexicana y mariscos, su especialidad es el cabrito al horno. Las tortas son muy recomendables, especialmente la de pierna y la de pulpo y no se diga su carta de bebidas y cócteles. Los fines de semana puedes disfrutar de tus alimentos con música en vivo. La cantina ha sido escenario de películas y series de televisión, lo que ha contribuido a su fama.
Dirección: Calle Guerrero 258, Guerrero, Cuauhtémoc.
Página: cantinaudeg.com.mx
Museo Casa Rivas Mercado
La Casa Rivas Mercado es una llamativa mansión construida en el siglo XIX, una sensación y un tesoro arquitectónico en la colonia Guerrero. Diseñado y construido por el arquitecto Antonio Rivas Mercado, recordado por haber diseñado el Monumento a la Independencia de México. Para la construcción de esta casona se utilizaron materiales importados con elementos clásicos como columnas dóricas y balaustrada renacentistas en las terrazas. Hay elementos de diseño prehispánico en algunas partes de la fachada y azulejos inspirados en motivos moriscos. Hay mucho estilo victoriano en las puertas y ventanas y una alta influencia del estilo art nouveau. Los señores Rivas Mercado la habitaron hasta que el arquitecto falleció en 1927. En ese tiempo, la casa recibió a muchos intelectuales, arquitectos, pintores, escultores, escritores, tanto mexicanos como extranjeros, que fueron invitados a grandes comidas. Alicia, la hija del arquitecto, heredó la casa y vivió ahí hasta 1939, después la donó a la iglesia y posteriormente se convirtió en una escuela. Hoy es un centro cultural y museo arquitectónico que puede visitarse. Solo mirarla en medio de las casas y los vecindarios de la colonia te deja sin palabras.
Dirección: Calle Héroes 45, Guerrero, Cuauhtémoc.
Página: casarivasmercado.com
Tamales Teresita
Desde 1960, Tamales Teresita ha sido un referente en la colonia Guerrero gracias a sus famosas ‘orejas de elefante’, milanesas jugosas y colosales que se salen del plato, aunque el menú ofrece otras opciones, como tamales y caldos, este sin duda, es el platillo estrella del lugar. Estas milanesas pueden ir acompañadas de una variedad de guarniciones, como chilaquiles, frijoles refritos, plátano frito, ensalada o papas a la francesa. El lugar es pequeño pero lleno de sabor, en sus paredes hay vitrinas repletas de refrescos mexicanos que ya no existen. Las mesas son pocas y por lo mismo, la espera puede ser un poco larga pero te prometemos que vale la pena cada segundo. Si buscas una experiencia culinaria auténtica y llena de sabor, Tamales Teresita es el lugar indicado. Están abiertos de martes a domingo de 7:30 a 10:00 p.m.
Dirección: Calle Héroes 197, Guerrero, Cuauhtémoc.
Machetes de Amparito
Definitivamente, los machetes y las orejas de elefante, se han vuelto ya un patrimonio de la colonia Guerrero, además estos dos negocios son vecinos, se encuentran casi de frente sobre la calle Héroes. Llamados ‘los machetes’ porque son quesadillas gigantes que pueden llegar a medir hasta 70 centímetros, su forma alargada y curva es similar a la de un machete y pueden estar rellenas de una gran variedad de guisados mexicanos, desde los más tradicionales como queso, carne deshebrada y frijoles, hasta combinaciones más originales como chicharrón con plátano frito, incluso, todos los guisados pueden ir en un solo machete. Estos quesadillones se originaron en la década de los 60 y desde entonces se han convertido en un símbolo de la comida callejera mexicana. A pesar de su tamaño y cantidad de ingredientes, los machetes suelen ser bastante económicos, lo que los convierte en una opción muy popular para estudiantes y trabajadores. Son perfectos para compartir con amigos pero si vas con mucho apetito seguro te acabas uno completo.