Ubicado a solo unas horas de la CDMX, Valle de Bravo es uno de los destinos predilectos para pasar el fin de semana de los habitantes de la ciudad. La versatilidad de este Pueblo Mágico en el Estado de México es uno de sus principales atributos, pues aquí es posible practicar todo tipo de deportes y actividades ecoturísticas —caminar en el bosque, dar un paseo en el lago, sobrevolar el pueblo en parapente—, así como vivir una experiencia sibarita de spas y restaurantes. Sea lo que sea que elijas hacer, estos son algunos de los motivos por los que Valle de Bravo no pasa de moda.
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Desayunar en Panadería San Simón
Ubicado en medio del bosque a las afueras de Valle de Bravo, pocos lugares son tan mágicos para empezar el día en medio de la naturaleza e inmerso en el aroma del pan recién hecho como Panadería San Simón. En realidad, este spot es ideal a cualquier hora del día —si quieres un plan extra romántico, no dudes en venir a cenar pizza y vino—, pero el desayuno es un buen pretexto para probar sus chocolatines, el pan francés con compota, pan rústico y roles de canela.
Dar un paseo por el lago
Uno de los atractivos principales de Valle de Bravo es su acceso privilegiado a la presa Miguel Alemán. Este enorme cuerpo de agua no solo dota de vistas espectaculares al pueblo, sino que además posibilita la práctica de distintos deportes acuáticos. Si te gustan las experiencias más extremas, puedes practicar paddleboard o dar una vuelta en kayak, o bien dar un paseo en velero mientras disfrutas de la briza y del sonido del agua.
Relajarte en un spa
Si lo que necesitas es una escapada para consentirte y recargar energía, Valle de Bravo también es un destino ideal. Ya desde el hospedaje es fácil encontrar hoteles cuyo enfoque holístico promueve una filosofía wellness que se traduce en spas, tratamientos, rituales curativos, ceremonias, etc. Destacan lugares como El Ensueño, El Santuario Resort & Spa, el Hotel Rodavento y Mesón de Leyendas, los cuales son perfectos si quieres salir a recorrer el pueblo en la mañana, y regresar a desconectarte toda la tarde.
Recorrer la Plaza Independencia mientras te comes un helado
Si tienes ganas de ‘pueblear’ un rato, no dudes en dirigirte a la Plaza Independencia, el corazón del Centro Histórico de Valle de Bravo. Aquí podrás visitar la parroquia de San Francisco de Asís —la cual conserva su campanario original del siglo XVI—, tomarte una foto en el kiosco, y a solo unas cuadras encontrarás el Museo de Arte Popular para aprender más sobre las artesanías y los oficios tradicionales de la región.
Descubrir la cascada Velo de Novia
Para los amantes del ecoturismo, Valle de Bravo es un destino atractivo no solo por el lago, sino también porque se encuentra inmerso en un bosque lleno de senderos ideales para perderse en la naturaleza y descubrir sus maravillas. La cascada Velo de Novia es quizá la más famosa para conocer cuando visites este Pueblo Mágico en el Estado de México, pues además de preciosas caminatas panorámicas, aquí podrás pasar todo un día en el parque, donde encontrarás asadores, estacionamiento, cabañas, renta de caballos, miradores, artesanías y antojitos.
Tomar un taller y comer en Mil Huertas
Además del encanto de sus bosques, la naturaleza de Valle de Bravo es un eslabón fundamental en la industria agrícola mexicana. Esta región se destaca porque está dominada por una perspectiva sustentable, y Mil Huertas es un proyecto que busca compartir esta visión con todo aquel interesadx en la materia. Aquí podrás tomar diversos talleres para aprender más sobre las técnicas de cultivo ancestrales, y finalizar la experiencia en su cocina de humo, donde podrás probar platos ahumados preparados con ingredientes totalmente locales.